Chinese Union Mission

Del budismo popular a Jesús

Thailand

Las provincias del norte de Tailandia, Chaing Mai y Chiang Rai, albergan a miles de chinos. Son descendientes de soldados y civiles que huyeron de la provincia china de Yunnan durante la Guerra Civil China alrededor de la década de 1940. 

Inicialmente, se establecieron en Laos y Myanmar antes de llegar a Tailandia. Un buen número de ellos no tiene ciudadanía de ninguno de estos países y trabaja la tierra como medio de subsistencia. Otros tienen ciudadanía tailandesa; una pequeña minoría son ciudadanos taiwaneses.

Viven en las 108 aldeas chinas del norte de Tailandia y le dan gran importancia a la conservación de la cultura china y el idioma mandarín. 

En 2010, llegaron misioneros adventistas chinos a la región por primera vez para compartir las buenas nuevas de Jesús con esta gente. Después de orar y considerar formas de entablar amistad con ellos, decidieron ofrecer clases de mandarín para niños y jóvenes. Este esfuerzo resultó exitoso y, gracias a él, muchos llegaron a estudiar la Biblia más tarde. Entre ellos estaba una dama llamada Zhong Yan. Ella se hizo amiga de los misioneros chinos y le gustaba escuchar de Dios y de Jesús. Sin embargo, ella era animista por tradición. La mayoría de la población de esos pueblos practica el budismo popular, que cree en fantasmas, cantos de suerte y hechizos, entre otras creencias.

 Zhong Yan tenía un santuario con ídolos en su casa y los adoraba regularmente para obtener protección y bendiciones del cielo. Sin embargo, nunca le enseñaron cómo funcionaba realmente, y siguió comparando esas creencias con las enseñanzas de los misioneros.

 Casi cuatro años después de conocer a los misioneros, Zhong Yan llamó a uno de ellos y le dijo que decidió deshacerse de todos sus ídolos cuando comenzó a adorar a Dios. Ahora comprendía que había un solo Dios, creador de todo, que la amaba y la cuidaba. Ella aprendió que la salvación solo podía venir de Jesús, no de los sacrificios a los ídolos.

Cuando Zhong Yan progresó en los estudios, solicitó el bautismo. En enero de 2021, el pastor Gus, de la Unión China tuvo el privilegio de bautizarla a ella y a su hija, que también estaba estudiando la Biblia. 

Pasó un año y cuando el pastor Gus volvió a visitar a Zhong Yan, dijo: “¡Dios es tan maravilloso! Todos los días le oro, y él a menudo endereza mi camino. Cuando tengo dificultades, él me ayuda a resolverlas. Cuando necesito sabiduría, él me da consejo. ¡Cuando necesito algo, Dios siempre provee!”

Gracias a la obra de Dios mediante Global Chinese Missions en las aldeas del norte de Tailandia, Zhong Yan ahora camina con Jesús.

 ¡Tu apoyo a Global Chinese Missions lleva a muchos más chinos no alcanzados a conocer a Jesús! Te invitamos a orar por la Unión China. 

El artículo original se publicó en el sitio web de la Unión China.

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