Cubanos Prisioneros encontrar la libertad en Cristo

Julio

Cubanos Prisioneros encontrar la libertad en Cristo

Hay 500 presos en 15 cárceles cubanas diferentes que están estudiando la Biblia y los servicios de la celebración de la iglesia

Hay 500 presos en 15 cárceles diferentes cubanos que están estudiando la Biblia y los servicios de la celebración de la iglesia, según fuentes del Séptimo Día de la Iglesia Adventista en La Habana.

"Somos una iglesia que vive en el presente y tiene un mensaje acerca de un gran futuro", dice José Antonio Ramírez, quien es un apasionado del ministerio de la prisión emergentes de todo el país de la isla.

Aunque el ministerio para llegar a los presos es de sólo tres años, el testigo Adventista en las cárceles cubanas ya ofrece resultados tangibles para llegar a la población carcelaria de Cristo. "Fue en 1998. Yo estaba en la cárcel. Mi vida estaba en una profunda crisis. Mi familia me abandonó, la sociedad me excluidos, y entonces, recuerdo, el hermano de Félix viene a mí y dice: "Julio, Jesús tiene una respuesta para usted. Él es su Salvador, y Él te ama. " Estas fueron sus primeras palabras para mí ", recuerda Julio Medina Gato. "Nadie me habló así antes. ¿Cómo puede Él me ama, me preguntó, cuando él no me conoce. Todo el mundo me ha dejado, ¿cómo puede mi amor? "

Julio Gato tiene 32 años y acaba de salir de la cárcel de Alamar, donde sirvió 10 años. Él fue bautizado el miércoles, 29 de noviembre en la iglesia Víbora en La Habana. Él representa el primer fruto de un programa de testimonio cristiano patrocinado por varias iglesias de La Habana local.

"Mi vida ha cambiado ahora a causa de un pequeño libro cristiano," Cristo es la Solución ', de Alejandro Bullon. ¿Te imaginas un pequeño libro con tanto poder? "Gato pregunta.

"Este pequeño libro con un contenido sorprendente vino a mí cuando Dios estaba completamente fuera de mi vida. Voy a estar en deuda con mi iglesia para siempre ", añade.

"Cristo es la solución" se ha convertido en uno de los libros cristianos más populares en Cuba en los últimos años. Impreso en las prensas anticuada de la Iglesia Adventista de Cuba, que ha visto varias ediciones y se convirtió en una extensión de la presencia misionera de la Iglesia Adventista del crecimiento en Cuba. "Su tamaño puede ser pequeño, pero el mensaje que contiene es de gran alcance", dice Ken Weiss, vice presidente de Maranatha Volunteers International, un ministerio de apoyo de la Iglesia Adventista con sede en Sacramento, California, EE.UU.. Durante los últimos seis años, Maranatha ha ayudado a los creyentes de Cuba con la construcción de la iglesia y la renovación y los resultados de los programas misioneros. "Los adventistas en Cuba no llevar el libro a sí mismos. Pronto encontró su camino en las cárceles del país. "

No fue fácil conseguir el libro en las instituciones penales, sin embargo. "Cuando nos las arreglamos para traer dentro de la cárcel a mi marido, que estaba cumpliendo una condena de allí, lo hicimos, capítulo por capítulo. Más tarde, se copia dentro de los bares ", recuerda Adelaine Echarte. "Dios estaba con nosotros todo el camino y nos ayudó en todo momento."

Gato recuerda que el libro hace sus rondas a lo largo de la prisión donde fue encarcelado, pero no sin dificultad. "Hemos tenido que luchar para llegar a leerlo. Más o menos. Todo el mundo quería leerlo. Ahora, todo el mundo lo ha leído ", dice sonriendo al recordar sus días tras las rejas. "Cuando vinieron los guardias, que escondió el libro dentro de nuestras camisas y pantalones." Gato se apresura a añadir que todos los reclusos en la prisión de leer el libro.

Durante los últimos dos años, los servicios religiosos se les ha permitido llevar a cabo dentro de las prisiones. "Pero en lo que atrajo a un gran número de presos, las autoridades les separaba a los diferentes sectores de la prisión. Esto sólo dio lugar a varios servicios religiosos separados y estudios de la Biblia, "la señora Echarte, explica.

"Todo esto fue posible porque todos se involucraron, a mi iglesia. Empezamos por compartir la literatura con los presos, pero también nos pusimos en contacto a las familias de los prisioneros ", continúa. Muchas de esas familias están ahora activas en este último de los programas de extensión patrocinado por las congregaciones adventistas en Cuba.

"Tengo una visión diferente. Quiero hacer lo mismo lo que otros me hicieron a mí. Quiero ser misionero a los prisioneros ", concluye Gato.