A todos nos gustan los regalos. Y de todos ellos, un hijo, que viene del Dios Todopoderoso, es el regalo más preciado. “Compartamos amor” fue el lema del proyecto misionero de abril de 2022 organizado por los siguientes departamentos: Ministerio Adventista de las Posibilidades (MAP), Ministerio Infantil y Servicio Comunitario Voluntario de la Misión Mongola. El proyecto tenía como objetivo llegar a los niños con discapacidades.
Todos los niños son valiosos a los ojos de Dios. Y no debemos olvidar que todos nacemos separados de Dios a causa del pecado y, por lo tanto, todos experimentamos enfermedades, dolencias, dolor, miedo, tristeza, discapacidades y mucho más. Sin embargo, Dios nos ama incondicionalmente. El amor es lo más importante, y si el amor se suprime de la vida, todas las cosas perderán sentido, porque Dios creó el mundo con amor. Por tanto, este es el evangelio que debemos llevar a todos los seres humanos: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito” (Juan 3:16).
A principios de marzo de 2022, se realizó una encuesta sobre discapacidades en todas las iglesias de la Misión Mongola en la que participaron 32 padres de niños con discapacidades. Los resultados mostraron que 17 de los 32 niños nacieron en familias cristianas y 15 nacieron en familias no cristianas. Nos pusimos en contacto con cada familia para preguntarles qué era lo que más desearían recibir como regalo para su hijo y cuáles eran sus necesidades. Entre otras cosas, solicitaron una batidora, toallitas húmedas, pañales, loción corporal y jabón, ropa y juguetes de peluche, por lo que preparamos los obsequios conforme a sus deseos.
El 22 de abril de 2022, se llevó a cabo un culto especial y el programa misionero “Compartamos amor” en la Iglesia Emmanuel. Se eligió esta iglesia porque era accesible para niños en silla de ruedas. El programa especial estuvo a cargo del departamento de MAP de la Misión Mongola y de los miembros del Servicio Comunitario Voluntario. El pastor Nyamsuren Myagmar, el orador del día, les dio la bienvenida a todos los invitados especiales. Todos los niños, así como los padres, estaban felices de participar de esa actividad social. A todos les encantaron los regalos que recibieron. Además, ese día se distribuyeron 1.200 folletos de MAP.
Este proyecto misionero especial fue posible gracias a la ayuda de quienes contribuyeron con recursos financieros, se ofrecieron como voluntarios para preparar los diversos obsequios y comidas y se dedicaron a ayudar en este programa.