Miles de feligreses distribuyen libros, promesas bíblicas y abrazos.
Los adventistas se unieron a decenas de miles de personas en el estadio del Chapecóense en Brasil para llorar a los que murieron en el accidente de un avión que transportaba un equipo de fútbol, y para compartir la esperanza de la resurrección al momento de la segunda venida de Cristo.
Un total de 71 personas perdieron la vida cuando un avión que llevaba al equipo de fútbol Chapecóense se estrelló el 28 de noviembre cerca de Medellín (Colombia). Seis personas sobrevivieron. La causa del accidente aún no ha sido determinada, pero una investigación preliminar apunta a una falla eléctrica.
Decenas de féretros llegaron al estadio del equipo en Chapecó, una ciudad de 210 mil habitantes en el sur de Brasil, después de una procesión por las calles el sábado.
Los miembros de iglesia estuvieron allí bajo la lluvia para distribuir miles de ejemplares del libro “La única esperanza”, del evangelista adventista Alejandro Bullón, así como botellas de agua con etiquetas especiales y tarjetas con la promesa de Apocalipsis 21:4: “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá más muerte, ni habrá más llanto ni clamor ni dolor, porque las primeras cosas ya pasaron”.
“Estaba lloviendo, pero miles de miembros de iglesia locales distribuyeron libros, agua y tarjetas,” dijo Magdiel E. Pérez Schulz, asistente del presidente de la Iglesia Adventista mundial, y quien estuvo en contacto con miembros de iglesia del lugar. “Los feligreses también oraron con los que asistían al funeral y les ofrecieron abrazos de esperanza”.
Los voluntarios también colocaron una pequeña tarjeta roja dentro de cada ejemplar de “La única esperanza”, con el logotipo del equipo de fútbol, el logotipo de la Iglesia Adventista, y las palabras “La conmoción pasará. Lo que quedará es el silencio de nuestro anhelo y el abrazo de esperanza. ‘¡Yo nunca me olvidaré de ti!’ (Isaías 49:15)”.
“La única esperanza”, un libro misionero del año para la Iglesia Adventista en Sudamérica, fue reconocido meses atrás como el libro que ocupó el decimoctavo puesto entre los más leídos de Brasil. Desde 2014, los miembros de iglesia han distribuido más de veinte millones de ejemplares gratuitos en toda Sudamérica.
Además de Apocalipsis 21:4, las botellas de agua y las tarjetas para compartir distribuidas el sábado llevaron el logotipo de la iglesia y la inscripción “Jóvenes adventistas”.
Entre los que tuvieron la palabra en el funeral dentro del estadio se encontraron el alcalde de la ciudad y representantes de las iglesias Adventista y Católica.
Pérez dijo que el momento más emocionante se produjo cuando el destacado locutor brasileño Cid Moreira leyó 1 Corintios 13 en nombre de la Iglesia Adventista. El “capítulo del amor” del apóstol Pablo concluye con las palabras: “Ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor”.
“La lectura del capítulo en su distintiva voz de bajo fue la parte más comentada del servicio”, dijo Pérez.
Pérez dijo que se sintió emocionado por las demostraciones de compasión que mostraron los miembros de iglesia del lugar.
“Es tan emocionante ver lo que hace nuestra iglesia cuando sus miembros tienen la misión como objetivo”, expresó.
Sus palabras tuvieron eco en lo que expresó Ted N.C. Wilson, el presidente de la Iglesia Adventista mundial.
“Esta es una triste pero poderosa historia misionera”, dijo. “Qué iglesia maravillosa tenemos en Brasil, que se mueve tan rápido para ser parte de la misión y de la Participación Total de los Miembros durante una situación trágica”.