En el corazón de la región selvática norteña de San Martín, Perú, está la historia de fe, servicio al prójimo y amor a Cristo de Mary Tarrillo Silva, una jovencita de 15 años que ha cautivado a su comunidad con su compromiso misionero.
Mary, residente del caserío de Sanango, en el Alto Sisa, enfrenta diariamente desafíos que podrían desalentar a cualquiera: acceso limitado al transporte y largas distancias para asistir a la escuela secundaria. Sin embargo, su pasión por el servicio la ha convertido en un faro de esperanza para aquellos que la rodean, en una región en donde abunda significativamente la agricultura.
Como miembro de la Iglesia Adventista, Mary ha abrazado su papel como misionera. Cada semana, sin falta, recorre un camino arduo para llegar al caserío de “Nueva Palestina”, que está a una hora de distancia a pie, donde ofrece estudios bíblicos a 15 familias que aún no han sido alcanzadas por la presencia adventista. Con el mismo amor y dedicación que muestra en su hogar y en la tierra que cultivan, Mary comparte las enseñanzas de Jesús, alentando a aquellos que la escuchan a profundizar en el estudio de la Biblia.
Producto del esfuerzo del trabajo misionero de Mary, dos pobladores del caserío donde brinda estudios bíblicos ya entregaron su vida a Dios, por medio del bautismo, y muchas otras personas siguen preparándose y conociendo el mensaje del evangelio.
“Mary es un ejemplo misionero”, afirma Josafat Castillo, pastor de la localidad donde se ubica la iglesia a la que asiste la adolescente. “Su valentía para enfrentar los obstáculos y su firme devoción por compartir el mensaje de esperanza en Jesús son testimonios de su carácter”, añade.
A pesar de las dificultades que enfrenta, Mary ha demostrado una determinación inquebrantable en su misión. Incluso en su participación en el Club de Conquistadores, pues a pesar de las largas distancias que debe recorrer para unirse a sus compañeros, siempre está presente en las actividades, reflejando su compromiso con Dios.
“La historia de Mary nos recuerda que el verdadero servicio no conoce límites geográficos ni obstáculos materiales”, comenta Castillo. “Es un honor contar con una joven tan inspiradora en nuestra congregación”, agrega.
Mary Tarrillo Silva es un ejemplo de una misionera que impulsa a la Iglesia Adventista del Séptimo Día en todo el mundo. Su historia es un recordatorio conmovedor de que, incluso en los lugares más remotos, el amor y la esperanza pueden brillar con fuerza a través del compromiso desinteresado de individuos como ella.
Testimonio basado en la redacción publicada por el pastor Josafat Castillo.
El artículo original se publicó en el sitio español de la División Sudamericana.