A los 93 años, fallece Ramírez, primer director hispano de la Asociación General

Inter-American Division

A los 93 años, fallece Ramírez, primer director hispano de la Asociación General

Led Departamento de Publicaciones de 1980 - '85

Louis A. Ramírez era un vendedor tan osado y efectivo que podía vender libros religiosos a otros ministros cristianos que habían denunciado las publicaciones adventistas desde sus propios púlpitos.

Ramírez, que falleció el pasado 6 de febrero a los 93 años, pasó de vendedor de libros en Latinoamérica en las décadas de 1960 y 1970 a director de Publicaciones y primer director hispano en la sede central de la iglesia, cargo que ocupó entre 1980 y 1985.

Bajo su cargo, la venta de libros floreció en la División Interamericana, dijo Hilda Matar Montero, quien trabajó como secretaria en la década de 1970.

Al visitar las instituciones adventistas con otros directivos de la división, Ramírez prefería alojarse en las residencias estudiantiles y salir con algunos de ellos a vender puerta a puerta. En la década de 1960, Ramírez logró que la mitad de los estudiantes de las escuelas vocacionales adventistas de Costa Rica trabajara como colportor. A menudo lograba vender libros a ocupados tenderos que los estudiantes creían con seguridad que lo rechazarían.

“Era un caballero maravilloso”, dijo Armando Miranda, uno de los vicepresidentes de la Iglesia Adventista mundial. “Era persuasivo, dinámico y a la vez muy amable”.

Ramírez fue un gran vendedor durante toda su vida. Lanzó la exportación de la compañía Jacuzzi Universal al convencer a su jefe de que le permitiera vender en México, y regresó con más pedidos de los que la compañía podía cubrir. Durante la Segunda Guerra Mundial, fue reclutado por el Ejército de los Estados Unidos, pero fue liberado de ser enviado a Japón cuando convenció a su comandante de que le permitiera lanzar un programa radial para entretener y apoyar a los heridos de guerra en la base de Buckley Field, Colorado.

Se unió a la Iglesia Adventista en 1952, cuando tenía 34 años, después de conocer a la iglesia gracias a amigos y misioneros adventistas y, por supuesto, a sus impresos.

Ramírez nació en una familia católica en 1918 en Richmond, California (Estados Unidos). Era hijo único de un obrero del ferrocarril que había huido de la revolución mexicana. Su hogar, que no tenía agua corriente, se sacudía cada vez que pasaba un tren, a no más de 15 metros de distancia.

Ramírez creció hablando español y aprendió inglés en la escuela. Era un ávido lector, y tomó clases nocturnas de comercio internacional y sistemas bancarios en la Universidad de California (Berkeley). En la zona llamada Bay Area, era una celebridad local como anfitrión de un programa bilingüe en la radio KRE.

Uno de sus compañeros de ejército, Kenneth Holland (que más tarde llegó a ser editor de la revista Signs of the Times) fue el que primero le habló a Ramírez de la Iglesia Adventista. Ramírez hizo que Holland dirigiera segmentos de servicios religiosos en la radio de Buckley Field.

Ramírez trabajó para Jacuzzi entre 1940 y 1958, y ayudó a establecer fábricas en México y Argentina, donde conocería a misioneros adventistas como David Baasch. A bordo de un vuelo de Pan American en 1948, se encontró con un adventista que le dio una suscripción a las revistas adventistas. Virginia, la esposa de Ramírez, leyó Signs of the Times y se unió a la iglesia en 1950. Él la siguió dos años después, y fue bautizado por Lawrence Maxwell, un experimentado editor de la iglesia.

Ramírez siguió trabajando para Jacuzzi, y trabajó como colportor en el norte de Californnia antes de ser llamado como director de publicaciones de la Unión Centroamericana, con sede en Costa Rica. Allí fue ordenado al ministerio en 1963.

Ramírez, en una foto sin fecha, en la Universidad de Montemorelos (México). En sus viajes, a menudo renunciaba a atenciones especiales y se alojaba en las residencias estudiantiles con los alumnos y colportores que patrocinaba.
Ramírez, en una foto sin fecha, en la Universidad de Montemorelos (México). En sus viajes, a menudo renunciaba a atenciones especiales y se alojaba en las residencias estudiantiles con los alumnos y colportores que patrocinaba.

En 1968 fue designado director asociado de publicaciones de la División Interamericana en 1968, y director en 1972, cargo que ocupó hasta ser elegido para la sede central de la iglesia.

En un artículo de 1980 publicado por Publishing Digest, dijo: “Estoy convencido de que mi capacitación y experiencia en los negocios como laico, el estudio de las Escrituras y el espíritu de profecía, y el buen ejemplo y consejo de mis queridos amigos cristianos han estado entre los medios divinos para prepararme para el servicio en el ministerio de las publicaciones”.

Ya jubilado, Ramírez siguió trabajando para el departamento de relaciones públicas y libertad religiosa de la Unión del Pacífico, y entonces se trasladó para vivir con su hijo en McAllen, Texas.

Su esposa falleció en 2002, y su hija Martina en 2007. Lo sobreviven su hijo Luis, su hija Loretta y cuatro nietos.

Su hijo Luis, que es profesor de arte jubilado, dijo que su padre aun dejó su marca en las ventas después de su jubilación. La compañía editora C. D. Stampley lo contrató como consultar para preparar ediciones bilingües. Vendió tantas Biblias en Los Ángeles que sus jefes le dijeron que fuera más despacio. Las otras compañías se molestaron, recuerda su hijo.

“Papá era realmente muy dinámico. Era mi mejor amigo”.