Miles de personas saldrán a las calles el 24 de agosto con la intención de generar conciencia en la sociedad respecto a la importancia de la lucha contra el abuso sexual infantil. Esa movilización es parte de Basta de Silencio, un proyecto de la Iglesia Adventista del Séptimo Día que promueve acciones contra todo tipo de violencia.
Para 2024 el tema elegido fue “Infancia amenazada”, que tiene el objetivo de despertar en la sociedad la urgencia de proteger a los niños contra la violencia sexual. Durante todo el año, el tema se trabaja en acciones internas y externas, pero el cuarto sábado de agosto hay una gran movilización en varios países de Sudamérica.
La concientización contra el abuso sexual infantil también se trabaja en los templos adventistas. “Infancia amenazada” es un tema relevante para proporcionar el crecimiento saludable y protegido de los niños. Todos los días, de manera silenciosa, innumerables niños sufren algún tipo de abuso sexual, y muchas veces, por personas cercanas a ellos.
Las agencias de las Naciones Unidas señalan que, anualmente, mil millones de niños son víctimas de algún tipo de violencia, incluido el abuso sexual. Aunque casi el 90 % de los países tengan una legislación específica de protección, menos de la mitad aplica esas leyes.
“A nosotros nos corresponde proteger a nuestros niños, garantizándoles el amor, la seguridad y la ayuda que necesitan”, destaca Jeanete Lima, educadora y coordinadora del proyecto Basta de Silencio para ocho países de Sudamérica.
Al analizar los números de casos de abuso infantil es posible notar un aumento significativo en todo el mundo. En ese sentido, la coordinadora del proyecto destaca algunos puntos importantes que necesitan ser trabajados para cambiar esas estadísticas.
El fortalecimiento de la familia como la principal red de apoyo del niño, además de padres amorosos que les enseñen a sus hijos sobre educación sexual, quién puede tocar su cuerpo y cómo debe ser ese toque. Jeanete también resalta la necesidad de fortalecer el conocimiento. “Leer e informarse sobre el tema es muy importante”, resalta.
“En la iglesia es necesario garantizar la seguridad en el ambiente religioso y, especialmente, capacitar a los departamentos que trabajan con niños y adolescentes acerca de la seguridad de los menores”, indica.
Ella también recuerda la importancia de recibir a la víctima y denunciar en caso de comprobar el abuso.
El proyecto
Creado en 2002, Basta de Silencio es una iniciativa de la Iglesia Adventista del Séptimo Día con el objetivo de combatir y concientizar sobre diversas formas de violencia, con enfoque especial en el abuso sexual infantil, la violencia doméstica y el bullying.
Las actividades educativas, charlas, seminarios y campañas en Internet son parte de las acciones del proyecto para informar a la sociedad sobre las señales de abuso, y así promover la prevención y denuncia de esos crímenes.
La campaña comprende la distribución de materiales informativos y la realización de eventos anuales en ocho países de Sudamérica (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay). De esa forma, se trata de movilizar a las comunidades para proteger y apoyar a las víctimas de violencia.
El proyecto gira en torno de cuatro aspectos principales: la concientización y la educación, la prevención, la movilización social y el acogimiento de las víctimas.
Jeanete también destaca que el proyecto es “vital para la promoción de una cultura de paz, respeto y dignidad. Como cristianos, nuestro deber es luchar activamente contra todo tipo de violencia”.
Marcas profundas
El abuso sexual infantil deja marcas profundas que acompañarán al niño durante toda la vida. Jeanete cita algunas consecuencias que la víctima puede desarrollar, como la inestabilidad emocional, el comportamiento compulsivo, la depresión, los trastornos de personalidad, la bipolaridad e inclusive los pensamientos suicidas. “Además, puede perjudicar la productividad y las relaciones amorosas”, recuerda.
En la Biblia hay varias orientaciones para proteger a los niños y garantizarles el amor, la seguridad y la ayuda que necesitan para llegar a ser adultos maduros y saludables física, mental y espiritualmente.
“Jesús mismo dijo: ‘Dejen que los niños vengan a mí y ay de aquel que haga tropezar a mis pequeñitos’. Un abuso es una manera brutal de impedir que los niños vayan a Jesús, pues genera inseguridad, vacío, dudas con relación al amor verdadero, lo que limita el desarrollo saludable de un niño”, explica.
Públicos diferentes
Para alcanzar a las tres franjas etarias, la iniciativa produce revistas dirigidas a los diferentes públicos: niños, adolescentes y adultos. Además de trabajar el tema a lo largo del año, hay una fecha predefinida para la gran movilización, cuando los voluntarios salen a las calles para distribuir las revistas. También se realizan ferias de salud, se orienta a la población y se realizan actividades de capacitación para los niños.
El artículo original se publicó en el sitio web en español de la División Sudamericana.