El 6 de noviembre, el presidente de la Asociación General (AG), Ted Wilson, y su esposa, Nancy Wilson, visitaron el Cementerio de Misioneros Extranjeros de Yanghwajin, en Seúl, Corea del Sur. Estuvieron acompañados por Magdiel Pérez, secretario de campo de la AG, y Park JungTaek, secretario ejecutivo de la Unión Coreana (UC). Wilson es el primer presidente en ejercicio de la Asociación General que visita este lugar durante un viaje a Corea.
El cementerio es el lugar de descanso final de 145 misioneros extranjeros y sus familias que dedicaron su vida al pueblo coreano durante la era colonial japonesa.
Durante su visita, Wilson vio primero un vídeo en la pequeña capilla, que presentaba la historia de la labor misionera extranjera en Corea y los orígenes del Cementerio Misionero de Yanghwajin.
A continuación, visitó las tumbas en honor a varios misioneros destacados, como el periodista Bethell, que fundó el periódico The Independent y dio voz a los coreanos oprimidos; la familia de misioneros Hardy, figuras clave en el Movimiento de Renacimiento de Wonsan; el Dr. Hulbert, conocido por su profundo amor a Corea; y Kendrick, quien se dedicó a labores educativas y falleció solo nueve meses después de llegar a Corea.
Wilson expresó su admiración por los esfuerzos de los misioneros para difundir el cristianismo, en particular por su contribución a la independencia de Corea, tanto mediante la acción directa como con el apoyo indirecto durante la ocupación japonesa. También tomó fotos en varios puntos para captar la importancia del momento.
Wilson también dedicó un tiempo considerable a presentar sus respetos en las tumbas de los misioneros adventistas Dr. Je-han Ryu, su esposa Mae Ames Ryu, y Janet Overbaugh McGhee. Kang SoonKi, presidente de la UC, explicó la noble vida del Dr. Ryu como primer médico del presidente de Corea y las contribuciones de Mae Ames Ryu como pionera del Centro Médico Sahmyook.
Wilson oró: “Mientras vivimos estos últimos días, que podamos entregar plenamente nuestra vida a Dios. Sigamos el ejemplo desinteresado de sacrificio y devoción de los misioneros, y que nos sintamos inspirados a proclamar fielmente el mensaje de los tres ángeles”.
Tras su visita, Wilson comentó: “El cementerio está muy bien cuidado. Puedo sentir el cálido corazón del pueblo coreano y de la Iglesia al honrar los sacrificios de los misioneros. Tengo entendido que los voluntarios dirigen el lugar (personas realmente admirables) y estoy profundamente agradecido por su dedicación”.
Y continuó: “Lo que más me conmovió fue la vida abnegada de los misioneros. Las palabras del Dr. Ryu me conmovieron especialmente: Siempre daba lo mejor de sí mismo, tanto si trataba al presidente como a una mujer rural. Nosotros también debemos utilizar nuestros talentos diarios para servir a los demás y compartir el Evangelio”.
En una reunión posterior con el personal de la UC y de la casa editora, Wilson compartió sus reflexiones respecto a su visita al Cementerio de Misioneros Extranjeros de Yanghwajin, subrayando: “Me impactaron profundamente los misioneros extranjeros allí enterrados que amaron entrañablemente a Corea. Fueron fieles hasta la muerte en llevar el evangelio de Cristo a esta nación, que tiene una gran importancia en el plan de Dios”.
Continuó: “Me detuve durante algún tiempo ante el monumento del doctor Ryu y su esposa Mae, que dedicaron muchos años a prestar excelentes servicios médicos y sanitarios al pueblo coreano, atendiendo a personas de todos los estratos sociales y económicos, sin distinción. ¡Qué hermoso ejemplo de ministerio desinteresado! Nosotros también debemos seguir su ejemplo y obedecer la guía y las instrucciones de Dios, como hicieron ellos”.
Por la noche, en la reunión de reavivamiento de la Unión del Centro-este de Corea celebrada en la Iglesia Central de Sahmyook, Wilson mostró un folleto acerca del Cementerio de Misioneros Extranjeros de Yanghwajin y dijo: “Este es un lugar muy aleccionador que nos ayuda a comprender los sacrificios de los misioneros. Especialmente, el Dr. Ryu y Mae Ames Ryu fueron personas ejemplares que dieron todo lo que tenían por la obra de Dios aquí en Corea”.
El artículo original se publicó en el sitio web de la División Norasiática del Pacífico.