La Iglesia Adventista del Séptimo Día en Irak conmemoró su centenario con una celebración especial en Erbil, Kurdistán, el domingo 12 de mayo de 2024. El evento contó con la presencia de representantes del gobierno, funcionarios de la iglesia y miembros de varias denominaciones. Mientras las celebraciones principales tenían lugar en Erbil, importantes reuniones gubernamentales se celebraban en Bagdad.
Entre los distinguidos invitados se encontraban Pshtiwan Sadq, ministro de Dotaciones y Asuntos Religiosos del Gobierno Regional del Kurdistán; Attila Toth, representante del consejo húngaro en el Kurdistán; Razmek Moradian, exdirector de Ishtar TV; y Akad Yousif, miembro del Club de la Sociedad Académica de Erbil. También estuvieron presentes Magdiel Pérez Schulz, asistente del presidente de la Asociación General (AG); Elbert Kuhn, secretario asociado de la AG; Germán Lust, tesorero asociado de la AG; Rick McEdward, presidente de la Unión del Medio Oriente y el Norte de África (UMONA); Darron Boyd, presidente de la Región del Mediterráneo Oriental; y George Yousif, presidente de la asociación legal de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Irak.
La celebración comenzó con una sentida oración de dedicación ofrecida por Boyd, quien expresó su gratitud a Dios por su conducción a lo largo del último siglo, guiando a la iglesia hasta convertirse en lo que es hoy.
En un mensaje de vídeo especial, el presidente de la AG, Ted N. C. Wilson, extendió sus felicitaciones y agradecimiento. “Es un gran placer para mí llevar un saludo especial y felicitaciones a los asistentes a la celebración del centenario de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Erbil. Quiero agradecer especialmente a los funcionarios del gobierno regional del Kurdistán y al gobierno iraquí su compromiso con la libertad religiosa y de culto”.
Wilson continuó: “El mensaje de la Iglesia Adventista del Séptimo Día es de amor y respeto por todas las personas, mientras buscamos llevar esperanza a un mundo que se enfrenta a enormes desafíos. Que cada uno de ustedes confíe en el Dios Todopoderoso”.
Yousif, líder de la iglesia en Irak desde hace muchos años, relató algunas de las luchas a las que se enfrentó la iglesia en el pasado. “La Iglesia Adventista del Séptimo Día, como muchas otras iglesias en Irak, se enfrentó a persecuciones, desplazamientos y bombardeos. Sin embargo, damos gracias al Señor porque, a pesar de todo, los daños en nuestros edificios se limitaron a pérdidas materiales y nadie resultó herido. La Iglesia desempeña un papel importante en la sociedad. Difunde el lenguaje del amor, la paz y la convivencia”.
Al término de la celebración del centenario, los representantes de la iglesia Pérez Schulz, Kuhn y Lust compartieron su visión de la labor en Irak, ofreciendo mensajes de aliento a los miembros de la iglesia. Lust reflexionó respecto a la importancia histórica de la iglesia. “Los 100 años de la Iglesia [Adventista] en Irak son significativos debido a la historia de este país. Mirando hacia atrás, podemos ver el crecimiento de los miembros que, a lo largo de su experiencia y resiliencia, se han mantenido firmes en la fe”.
Kuhn extendió una invitación a quienes deseen comprometerse activamente. “Estando aquí, he visto muchas oportunidades de hacer avanzar la obra de Dios en la región. Por eso invito a todos los que aún no se han decidido a colaborar con Dios en esta región. La obra los necesita; el Medio Oriente los necesita; pero lo más importante es que ustedes necesitan esta obra”.
Pérez Schulz destacó los sacrificios de los primeros seguidores. “Con la ayuda de Dios, hicieron lo imposible por compartir el mensaje de esperanza para que en el futuro hubiera un lugar donde adorar abiertamente al Señor. Debemos recordar que Dios ha estado con nosotros en el pasado, y nada tememos en el futuro. Por eso debemos ser fuertes y seguir dando pasos firmes para compartir el Evangelio y trabajar para el Señor”.
La visita de funcionarios eclesiásticos, de una semana de duración, incluyó también productivas reuniones con representantes del gobierno en Bagdad. El 13 de mayo, la administración eclesiástica se reunió con Raad Jabbar Al-Khamisi, subsecretario administrativo y financiero, y con Khalil Shamo Khedida, director general de Dotaciones de la Gobernación. Rami Aghajan, jefe de la Oficina de Dotaciones para las Religiones Cristiana, Yazidí y Sabio-Mandea, se refirió a la iglesia adventista de Bagdad, cerrada desde hace años. “Apoyaremos firmemente que se mantengan abiertas las puertas de las iglesias y fomentaremos la reapertura de las que estén cerradas”.1
Al día siguiente, se celebraron reuniones con el primer ministro iraquí, Mohammed Shia’ Al Sudani, quien afirmó que “el gobierno considera la diversidad como una fortaleza para la sociedad iraquí, que refuerza la unidad y la paz social, y se compromete a preservarla”.2
Los orígenes de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Iraq se remontan a Bashir Hasso, un joven farmacéutico iraquí que compró un ejemplar de Daniel y Apocalipsis a un colportor adventista. Tras recibir estudios bíblicos de Walter K. Ising, el primer obrero extranjero de la Iglesia Adventista en el Líbano, Hasso regresó a Iraq inspirado y compartió el mensaje de salvación con su familia, formando el primer movimiento adventista del país.
Hoy, los líderes de la iglesia regional dicen que la Iglesia Adventista en Irak “está formada por miembros que, con fe inquebrantable, oran por un reavivamiento en Medio Oriente y por la protección continua de Dios mientras comparten el amor que Cristo ofrece a cada persona”.
El artículo original se publicó en el sitio web de Adventist Review.
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