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La Iglesia Adventista del Séptimo Día apoya a las víctimas de las inundaciones en Rumania

"En estos momentos de sufrimiento y prueba, oramos a Dios para que nos dé consuelo y fuerza", afirma Aurel Neațu, presidente de ADRA Rumania.

La Iglesia Adventista del Séptimo Día apoya a las víctimas de las inundaciones en Rumania

[Foto: ADRA]

La Iglesia Adventista del Séptimo Día en Rumania y ADRA Rumania se solidarizan con las víctimas de las inundaciones en Rumania, involucrándose e instando a una respuesta compasiva a la situación existente. La Iglesia Adventista del Séptimo Día en Rumania decidió realizar una colecta nacional el sábado 21 de septiembre de 2024. El objetivo de esta colecta fue reunir fondos para la ayuda financiera y material a las víctimas de las inundaciones a través del proyecto de ADRA «Esperanza sobre las aguas».

En el contexto de las recientes inundaciones que destruyeron miles de casas en Moldavia, la estrategia de ADRA Rumania es destinar los fondos recaudados a la intervención humanitaria en favor de las víctimas de catástrofes naturales.

El ciclón Boris provocó graves inundaciones en los municipios de Galați, Vaslui y Bacău, causando grandes daños, especialmente en la zona de Galaţi, donde varias ciudades se vieron gravemente afectadas. Miles de casas quedaron destruidas y la gente tuvo que reaccionar inmediatamente para salvar sus vidas, dejando atrás un hogar lleno de recuerdos y seguridad. El miedo, la inseguridad y el dolor de las pérdidas materiales y humanas pronto se convirtieron en su realidad cotidiana.

"En estos momentos de sufrimiento y prueba, oramos a Dios pidiendo consuelo y fortaleza, tanto para los directamente afectados por las inundaciones como para todos los que luchan por proporcionar ayuda", dijo Aurel Neațu, presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Rumania y presidente de ADRA Rumania.

"La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA Rumania) intervino rápidamente, incluso en las primeras horas, para las víctimas de las inundaciones en Rumania, por medio de apoyo material, financiero y de asesoramiento. Nuestros pensamientos y ayuda están con las víctimas de estas tragedias, y nuestra comunidad está unida para apoyar a tantos necesitados como sea posible", continuó Neatu.

"La colecta ayudará a las víctimas, adventistas y no adventistas, como muestra de compasión cristiana, con el restablecimiento de las condiciones de vida en las zonas destruidas. Con fe y solidaridad, conseguiremos reconstruir y ofrecer esperanza a los afectados. Que Dios proteja a los que están en las zonas de calamidad", concluyó Neațu.

"ADRA Rumania se unió de todo corazón al llamado de solidaridad con las víctimas del desastre en Galati y ofreció, en primera instancia, una intervención humanitaria de emergencia para complementar los esfuerzos de las autoridades", dijo Robert Georgescu, director ejecutivo de ADRA Rumania. "Somos llamados a ser brazos tendidos a nuestros semejantes en apuros. Además de las donaciones materiales y financieras, que se necesitan desesperadamente en estos días, no hay voluntario que no encuentre un lugar en esta intervención humanitaria", concluyó Georgescu. 

ADRA Rumania

Desde 1990, la Agencia Adventista de Desarrollo y Socorro, ADRA Rumania, se ha implicado especialmente en proyectos de desarrollo que benefician a toda la población. Se conduce en los proyectos emprendidos según el lema "Justicia. Compasión. Amor", ADRA Rumania aporta alegría y esperanza a las vidas de los beneficiarios promoviendo un futuro mejor, valores y dignidad humana. 

Como proveedor acreditado de servicios sociales, ADRA Rumania forma parte de la red de ADRA Internacional, la organización humanitaria global de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, una de las organizaciones no gubernamentales más extendidas del mundo. Está activa en 118 países y se basa en una filosofía que combina la compasión con un espíritu práctico. Tiende la mano a las personas necesitadas sin distinciones raciales, étnicas, políticas o religiosas, con el objetivo de servir a la humanidad para que todos puedan vivir juntos como Dios manda.

El artículo original se publicó en el sitio web de la División Intereuropea.

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