Según la Organización Mundial de la Salud, más de 430 millones de personas en el mundo padecen alguna pérdida de audición discapacitante y requieren rehabilitación (entre ellos 34 millones de niños). Y si se trata específicamente de personas sordas, los datos de la Federación Mundial de Sordos indican que existen aproximadamente 70 millones en todo el mundo.
Las personas sordas son las que padecen una pérdida de audición profunda, lo que significa que oyen muy poco o nada, y para poder comunicarse entre ellos y con otras personas utilizan lenguas de señas, que son idiomas con estructuras distintas a las lenguas habladas y que varían según cada país, empleándose más de 300 diferentes lenguas de señas en el mundo.
Sin embargo, aunque las lenguas de señas son una herramienta fundamental para la comunicación, desarrollo integral e inclusión de las personas sordas en todos los ámbitos, la falta de educación y uso de estas lenguas de señas por parte de personas sin problemas de audición limita su función, ya que lo ideal es que las personas sordas no solamente puedan comunicarse entre ellas, sino con todos los demás.
Por esto, Naciones Unidas estableció el 23 de septiembre como el Día Internacional de las Lenguas de Señas (fecha que coincide con la creación de la Federación Mundial de Sordos en 1951) con el fin de generar conciencia respecto a la importancia de estas para la plena realización de los derechos humanos de las personas sordas. Esta iniciativa también resalta la importancia de preservar las lenguas de señas como parte de la diversidad lingüística y cultural.
El Ministerio Adventista de Sordos (MAS)
La Iglesia Adventista en Sudamérica, mediante el Ministerio Adventista de las Posibilidades (MAP), que trabaja con 7 áreas específicas que valoran y aprovechan las distintas características de las personas para involucrarlas en el cumplimiento de la misión y alcanzar a personas con diferentes capacidades, se enfoca en la atención a personas sordas mediante el Ministerio Adventista de Sordos.
Este ministerio se viene desarrollando en las iglesias locales, no solamente para llevar el mensaje del evangelio a las personas sordas, sino también para acogerlas, atender sus necesidades y permitir su inclusión en todas las actividades y eventos de la iglesia.
Muchas de las iglesias adventistas de ocho países sudamericanos han adoptado la lengua de señas de su país para desarrollar clases de Escuela Sabática y para transmitir el mensaje central de los cultos a las personas con discapacidad auditiva y sordas. Además de realizar capacitaciones para que más miembros adventistas aprendan lengua de señas y se involucren con las actividades del ministerio, también realizan acciones para llevar el mensaje del evangelio a personas sordas de la comunidad.
El MAS en Chile
Por ejemplo, en la Sede Administrativa de la Iglesia Adventista en Chile (Unión Chilena), el Ministerio Adventista de Sordos comenzó a desarrollarse desde el año 2021 con diferentes encuentros locales, regionales y nacionales para generar espacios de inclusión y sensibilización. Actualmente, el ministerio se está trabajando en cuatro de las siete regiones de la Unión Chilena, sede responsable por el trabajo de la iglesia en el país.
La líder del MAP en Chile, Waleska Blu, comenta que “ha sido un tremendo desafío, ya que es intensa la labor de los intérpretes, que deben estudiar, capacitarse y prepararse constantemente para poder brindar un mejor servicio a la iglesia y la comunidad”. Sin embargo, añade: “alabamos el nombre de Dios porque no solo este ministerio va creciendo, sino que también todos los demás, y además hemos agregado, por necesidades locales, dos ministerios más que son: OncoAyuda y Duelo Gestacional y Perinatal”.
Entre las acciones que se realizan como parte del MAS en Chile están la grabación de videos de Probad y Ved con interpretación, apoyo para la capacitación en lengua de señas de los integrantes del ministerio, capacitaciones a los Clubes de Conquistadores y Aventureros en especialidad de Lengua de Señas Chilena, difusión y sensibilización hacía la comunidad y la iglesia y otras iniciativas locales como la promoción e inducción en encuentros misioneros femeninos.
En la Iglesia Adventista Central de Santiago de Chile, por ejemplo, se interpreta a las personas sordas cuando llegan al programa del sábado. Y en la Iglesia Adventista John Andrews, en la misma ciudad, se realiza un taller de interpretación de Lengua de Señas Chilena.
Clases gratuitas de Lengua de Señas del Perú
En abril del 2022, una adventista venezolana, que llegó a Lima, Perú, se ofreció para dar clases de lengua de señas para promover la inclusión de sus suegros, que son personas sordas, en las actividades de la iglesia. Así comenzó a desarrollarse el Ministerio Adventista de Sordos en la Iglesia Adventista de la Avenida Brasil y desde ese año se formó oficialmente.
Actualmente, el ministerio ofrece una clase de Lengua de Señas del Perú, interpretan el culto y también añaden las señas en la parte de los cantos. Además, realizan otras acciones como capacitaciones y marchas para repartir material con el código QR del ministerio y volantes para informar a las personas acerca de las clases de señas gratuitas.
Las clases de señas tienen entre cinco a ocho alumnos y se realizan todos los sábados de 16 a 17 en uno de los salones del Colegio Adventista de la Avenida Brasil, que se ubica a lado de la iglesia. Pueden asistir niños, jóvenes, adultos, de cualquier edad, y es abierta para todos los públicos, no solo para adventistas.
Kiara Rojas, responsable del proyecto y directora del MAP en la iglesia, expresa que “el único requisito es tener las ganas de aprender. Se realizan estas clases con el fin de evangelizar a personas sordas. Puede haber personas sordas que quieran ir a la iglesia y no se atreven porque pueden pensar que no hay alguien que interprete la prédica, el mensaje o que no podrán interactuar con los hermanos”.
Evangelismo en Lengua de Señas
El MAS tiene como objetivo no solamente acoger y atender a personas sordas, sino sobre todo llevar el mensaje del evangelio en lengua de señas. En la Iglesia Adventista Villa Unión, en Lima, Perú, los integrantes del ministerio realizan un grupo pequeño en Lengua de Señas Peruanas durante el horario de las clases de Escuela Sabática en un ambiente aparte, y luego se integran a la iglesia para el culto divino, donde interpretan el mensaje para las 6 personas sordas que asisten regularmente.
Por la tarde, llevan a cabo algunos estudios bíblicos y otras actividades sociales con el objetivo de captar más personas sordas de la comunidad o zonas aledañas. Fue así que llegaron a Ana María Castro Lévano, una mujer de 72 años que es una persona sorda de nacimiento. Ella conoció la iglesia el año pasado, cuando el grupo de jóvenes del MAS de la IASD Villa Unión llegó a la Asociación de Sordos de Chaclacayo para visitarlos y hacer un programa especial para hablarles de Dios. Ana quedó muy interesada, y junto a su amigo Claudio, quien también es una persona sorda, visitaron la iglesia.
Después de 9 meses, estudiando la Biblia, el estudio bíblico la Fe de Jesús y participando del culto divino de la iglesia con el apoyo del MAS, Ana sintió que Dios tocó su corazón y, conmovida con los sermones de la iglesia que hablaban de lo que ella estaba pasando y sintiendo, tomó la decisión de ser bautizada. Los amigos y la familia que formó en la iglesia, gracias al MAS, la ayudaron a confiar en Dios y siguen apoyándola en su experiencia de fe.
La directora del MAS de la Iglesia Adventista para el norte del Perú y de la IASD Villa Unión, Hillary Jaimes, señala que “muchos sordos en Perú viven aislados, no solo de la sociedad, sino también de la iglesia debido a las barreras de comunicación que les limitan el acceso a información, educación, trabajo y su desarrollo social. Por eso, el Ministerio Adventista de Sordos se convierte en una misión urgente para que más personas sordas puedan integrar nuestra iglesia, conocer la verdad, e involucrarse también en la misión”.
Además, destaca la importancia de este ministerio para el trabajo de la iglesia y añade que “para que esto sea posible, necesitamos aprender su lengua: la lengua de señas. Eso es verdadera inclusión, eso es ‘amar a tu prójimo como a ti mismo’, y todos podemos involucrarnos. ¡Hagamos que nuestra iglesia sea un lugar donde todos, oyentes y sordos, puedan encontrarse con Dios!”.
La versión original de este artículo se publicó en el sitio web en español de la División Sudamericana.