La Agencia de Desarrollo y Socorro ha establecido una oficina en Kabul, Afganistán, para empezar a cumplir con las necesidades del país desde una ubicación central.

"Es importante desarrollar un programa de largo alcance que ayude a la gente a reconstruir sus comunidades devastadas", dice Byron Scheuneman, vicepresidente senior de ADRA Internacional.

Roger Kopitzke, ex director de ADRA Vietnam, ha sido nombrado como director interino de ADRA Afganistán. Asignaciones adicionales de personal se están cubriendo.

Con el fin de evitar la duplicación de servicios, ADRA trabajará con los organismos de las Naciones Unidas y otras organizaciones no gubernamentales para identificar las áreas que más lo necesitan. La planificación del programa se llevará a cabo en cooperación con las comunidades locales, y se hará hincapié en la sostenibilidad a largo plazo de los proyectos.

Desde octubre, ADRA ha estado proporcionando ayuda de emergencia a los refugiados en campamentos a lo largo de las fronteras de Pakistán y Tayikistán, la distribución de artículos tales como tiendas, mantas, bidones de agua, ropa de invierno, calcetines y ropa interior. Se ha dado preferencia a familias encabezadas por mujeres y aquellos con muchos niños pequeños. Con una de las más bajas tasas de supervivencia infantil en el mundo, Afganistán se enfrenta a la entrada del invierno, con temperaturas en las montañas hundiendo muy por debajo de cero.

Ligeramente más grande que Francia, Afganistán es un país sin salida al mar de montañas escarpadas. La tasa de alfabetización de adultos es del 31 por ciento. La tasa de mortalidad infantil es de 141 por cada 1.000 nacimientos. La esperanza de vida para las mujeres es de 45, para los hombres, de 47 años.