Esta semana, el pastor Ted Wilson habla sobre la cuarta bendición que Jesús mencionó en el Sermón del Monte.
¿Alguna ocasión has tenido mucha hambre o sed, que sientes la garganta seca y el estómago te duele hasta que tu necesidad por tomar agua y comer algo crece al punto de la desesperación? Y cuando finalmente consigues agua y comida, ¡qué alivio, finalmente puedes saciar tu hambre y sed!
Jesús nos dice en la cuarta bienaventuranza: "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados" (Mateo 5:6). Aquí, en lugar de hablar de comida y bebida físicas, se refiere al alimento espiritual: anhelar la justicia.
Así como necesitamos comida y agua para sustentar la vida física, también necesitamos a Cristo para sustentar la vida espiritual para seguir a donde Él nos guíe.
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