La región montañosa de Río de Janeiro recibió recientemente la visita del camión solidario, una unidad móvil de servicios mantenida por la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) en Brasil. La iniciativa tuvo lugar un año después de la tragedia provocada por las fuertes lluvias, que mataron a decenas de personas en la región y dejaron a miles sin hogar.
Durante la acción de marzo, el camión recorrió Petrópolis, Mesquita, Nova Iguaçu y otros lugares que aún sufren los efectos del desastre natural. Más de 240 voluntarios se sumaron a la iniciativa, ayudando a distribuir aproximadamente 3.000 comidas y más de 1.600 prendas de ropa. También ofrecieron unos 400 cortes de pelo gratuitos, asesoramiento jurídico y atención médica. Los servicios gratuitos beneficiaron a más de 4.400 personas.
Según Fábio Salles, presidente de ADRA Brasil, la iniciativa fue un testimonio del compromiso de ADRA de ofrecer ayuda humanitaria y apoyar a las comunidades necesitadas.
“Esperamos marcar una diferencia en la vida de las personas que aún sufren las consecuencias de esa tragedia”, dijo Salles.
El camión especialmente adaptado de ADRA, con una superficie de 45 metros cuadrados, consta de tres secciones. La primera es una cocina donde se preparan comidas calientes. La segunda es una lavandería con lavadoras y secadoras. La tercera alberga oficinas donde profesionales voluntarios prestan atención psicológica gratuita.
Las iniciativas de ADRA cuentan con el apoyo de un equipo estable de profesionales voluntarios, como cocineros, peluqueros, médicos y psicólogos. [Foto: Ricardo Oliveira]
UN ALIVIO PARA LOS QUE SUFREN
La médica voluntaria Luciana Brotto se emocionó hasta las lágrimas al ver la situación de los que viven en la calle. “Sé que es un alivio momentáneo”, dijo. “Alguien sufre; le damos el medicamento que alivia su estado, lavamos y ponemos un apósito en una herida infectada. Esto lleva a la persona a agradecer de alguna manera a Dios la bendición de tener a alguien que cuide de ella en ese momento”.
Brotto, quien ha participado en misiones interculturales en India, Guinea-Bissau y las regiones brasileñas de Piauí y Rondônia, afirma que las suyas son pequeñas acciones, pero “marcan la diferencia, porque mostramos el amor de Dios por cada uno de ellos”.
DE SIN TECHO A VOLUNTARIO
Cláudio Braga era un sin techo que acabó abandonando las calles gracias al trabajo comunitario de una congregación local de Río de Janeiro. Ahora es voluntario de la iniciativa de ADRA.
“Estar aquí hoy es una alegría para mí, porque acciones como esta marcan la diferencia en la vida de estas personas que están en la calle”, dijo Braga. “He pasado por ello, y sé que estamos haciendo mucho más que una buena acción. Les estamos mostrando aceptación, que es lo que más necesitan”.
La versión original de esta noticia se publicó en el sitio de noticias en portugués de la División Sudamericana.
La versión original de esta historia fue publicada en el sitio web de Adventist Review.