En el distrito misionero de Independencia, ubicado en el Centro Oeste de Lima, en Perú, reside Ananías Marchena Huamán, anciano de la Iglesia Adventista de Payet. Con más de 44 años dedicados al servicio de Dios y a su iglesia, Marchena ha sido un pilar de apoyo para numerosos pastores, como el pastor César Gálvez, Rubén Jaimes, Jorge Gamarra y Chileno. Su labor ha sido crucial en la organización de campañas evangelísticas en carpas y en la fundación de nuevas iglesias en Payet, Tahuantinsuyo A, Tahuantinsuyo B, Víctor Raúl, José Olaya y Cahuide, entre otras localidades.
Marchena se destaca por su constancia en los diezmos y ofrendas. Desde el año pasado, también ha asumido el rol de líder de un grupo pequeño. En una ocasión, el pastor de su iglesia le consultó sobre centros de rehabilitación para visitar. Marchena respondió con entusiasmo: “¡Conozco varios donde podemos atender a jóvenes! Tienen todo el tiempo para conocer a Dios”.
Todos los viernes de 9 a 11, junto al pastor del distrito, David Sanca, y su pareja discipuladora, imparte estudios bíblicos a 90 jóvenes en el centro de rehabilitación “Renacer”.
El impacto de su trabajo es evidente. El año pasado, 22 personas fueron bautizadas y hasta el 25 de mayo de 2024, ya se han bautizado 18 personas más. Durante una visita del pastor a su iglesia, se discutió sobre posibles candidatos para la próxima campaña de evangelismo. Marchena respondió con convicción: “Claro, pastor, debe haberlos, porque la obra no es nuestra, sino de Dios”.
Una de las frases que más resuena entre los jóvenes del centro y que Marchena les comparte es: “Dios los ha traído aquí para que lo conozcan. Detrás de todo lo que les sucede, hay un plan para su vida”. Estos jóvenes se sienten alentados y motivados, y aunque los resultados de este arduo trabajo se verán en el futuro, la dedicación y el esfuerzo de Marchena ya están dando frutos.
Ananías Marchena Huamán no solo es un líder espiritual y administrativo, sino también un mentor y guía que, con su entrega, fe y el poder del Espíritu Santo como instrumento de Dios, ha transformado vidas y fortalecido la comunidad adventista en su región.
El artículo original se publicó en el sitio web en español de la División Sudamericana.