Durante muchos años, hubo un vínculo inseparable entre Newbold y el Dr. Harry Leonard, cuyo triste fallecimiento se anunció recientemente. Su influencia en los alumnos y colegas por igual (y yo soy afortunado de contarme entre ambos grupos) es garantía de que Harry seguirá marcando la vida de muchísimos habitantes de Newbold, como lo demuestran las tantas reflexiones y recuerdos que se presentan cada día en las redes sociales, donde se menciona su impacto inconmensurable en aquellos con quienes tuvo contacto.

El Dr. Leonard inicialmente enseñó en la Escuela Stanborough, y rápidamente se lo llegó a conocer como el "Departamento de Historia" de Newbold. Durante su permanencia en la universidad, completó su doctorado sobre caballeros y sus títiulos, en Tudor, Inglaterra, en la Universidad de Londres. También escribió el texto de una historia ilustrada de Moor Close y sus jardines y, ya jubilado, editó los diarios y la correspondencia del siglo XVIII de Robert Lee de Binfield, publicados por Berkshire Record Society.

En los días previos a que Newbold ofreciera los planes de estudios más especializados del sistema de educación superior del Reino Unido, todos los alumnos de grado debían tomar clases específicas de historia y, por lo tanto, estaban bajo la tutela de Harry. Al comienzo, a algunos alumnos les resultaba abrumador su enfoque sumamente sólido, pero más adelante se daban cuenta de las excelentes habilidades que habían desarrollado bajo su dirección. Muchos señalan que necesitaban estudiar más para sacarse una calificación de C con él que para sacarse una A con los demás.

Harry era un profesor firme y exigente, y a la vez un hombre cariñoso que pasaba mucho tiempo alentando, apoyando y fomentando el potencial de cada alumno bajo su tutela. Enseñaba a los alumnos a pensar por sí mismos y a cuestionarse las fuentes con confianza sin simplemente regurgitar lo que habían escuchado. Antes de los exámenes, Harry oraba para que los alumnos recordaran lo que habían estudiado y aprendido en lugar de pedir que un milagro divino dirigiera a aquellos cuyos esfuerzos habían sido más exiguos.

A Harry siempre le interesaba hablar de música y cricket, ¡pero no de golf, porque lo consideraba elitista! Se podía contar con él para contribuir a eventos sociales como la Noche Británica. Su cosmovisión política y ética lo llevó a apoyar enérgicamente a la organización benéfica Christian Aid y a negarse a aceptar cualquier injusticia que considerara que se había perpetrado contra los demás. Era un caballero cristiano de gran fe y elevados principios, alguien que habría logrado honra y respeto en cualquier parte donde hubiera elegido compartir sus habilidades y conocimientos, pero decidió dedicar su vida a servir a la Iglesia Adventista del Séptimo Día y enriquecer a Newbold en particular.

Ahora hay otra generación de alumnos y miembros del personal, pero el nombre del Dr. Harry Leonard nunca pasará al olvido en los anales de la institución. Extendemos nuestras condolencias especialmente a su esposa, Christine, sus hijas, Stephanie y Julia, y su hijo, Peter.

Este tributo originalmente se publicó en el sitio web de Newbold College of Higher Education. [Fotos: Keith Lockhart]