El departamento del Ministerio de la Mujer de la Misión de Mongolia ha estado involucrando activamente a mujeres de las iglesias locales para que salgan al encuentro de sus comunidades y las atiendan, lo que refleja un poderoso compromiso con el servicio y la fe. En un territorio vasto y desafiante, estas mujeres están dando pasos significativos en la proclamación del mensaje de esperanza y compasión.
Del 11 al 16 de marzo de 2024, un grupo de mujeres de iglesias de Ulán Bator se embarcó en una misión a Uvurkhangai, un lugar rico en historia y cultura, situado a 430 kilómetros de la capital mongola. Esta región, conocida por ser la cuna de la antigua civilización mongola, proporcionó un telón de fondo único para que estas mujeres compartieran el amor de Jesús.
Durante su viaje, el grupo visitó escuelas e instituciones gubernamentales que ofrecían asistencia sanitaria y organizaron seminarios de salud. Su alcance no se limitó a la educación sanitaria; distribuyeron 140 ejemplares de El conflicto de los siglos. Oyuntuya Batsukh, directora del MM de la Misión de Mongolia, mencionó: “La respuesta fue grandiosa, y nos sentimos inmensamente bendecidas por el apoyo, la dedicación y el compromiso de nuestras hermanas al responder al llamado de Dios de Ir y Alcanzar al Mundo”.
Raquel Arrais, directora del departamento del MN de la DNAP, comenta: “En muchas culturas, incluyendo Mongolia, las mujeres son las principales cuidadoras dentro de las familias y las comunidades, lo que las hace estar bien posicionadas para entender y abordar los desafíos únicos que enfrentan los diferentes grupos. Poseen un profundo sentido de la compasión y la voluntad de escuchar y actuar, lo que fomenta la confianza y la conexión dentro de las comunidades a medida que comparten el evangelio con los demás”.
Los esfuerzos del departamento del MM de Misión en Mongolia ejemplifican los principios bíblicos de servicio, amor y compasión. Al abordar problemas sociales, como la violencia contra las mujeres y promover una vida sana, estas mujeres contribuyen al bienestar de sus comunidades e inspiran a otras a unirse a su misión. Su labor es un testimonio del papel vital de la mujer en el servicio a la comunidad y la difusión de los valores cristianos.
Mientras continúan “yendo y alcanzando el mundo para Jesús”, las mujeres de Mongolia están dando un poderoso ejemplo de cómo la fe y la acción pueden transformar vidas y crear un mundo más compasivo y comprensivo. Su dedicación es un faro de esperanza y una invitación para que otros se unan a su misión de amor y servicio.
El artículo original se publicó en la página web de la División Norasiática del Pacífico.