Más de 200 personas se reunieron en Adventours en Miagao, Iloilo, del 6 al 8 de julio para conmemorar el 30° aniversario y la reunión del Movimiento de los 1.000 Misioneros (MMM) en el centro de Filipinas. El propósito fue reavivar el celo y el compromiso de los misioneros con la misión.
El evento de tres días fue dirigido por el pastor Leopold Balidiong, coordinador del MMM para la Unión Central Filipina (CPUC) de los Adventistas del Séptimo Día, y contó con numerosas actividades centradas en el lema “El Evangelio para todos: ayer, hoy y mañana”. Los asistentes participaron de devocionales, conferencias inspiradoras, actividades de supervivencia y reavivamiento, actuaciones de noche de talentos e incluso una plantación de árboles. Estas experiencias buscaron promover el desarrollo personal de los misioneros y revitalizar su compromiso con la misión.
El pastor Balidiong agradeció a la congregación su ardiente respuesta al llamado al culto. Reconoció la necesidad de reavivar su fuego por la obra del Señor y dio gracias a Dios por el éxito de la misión médica y la campaña de evangelización de fin de término llevadas a cabo por la 60º cohorte del MMM en el centro de Filipinas.
“Es una bendición contemplar el renacimiento de su espíritu misionero y el reavivamiento de su celo misionero. Confío en que, si todos los que pertenecen a Siempre Misioneros [SM] se organizan y participan activamente en la misión, se logrará mucho”, dijo Balidiong.
El pastor Jeon Jae Song, director de la sede central del MMM, transmitió su ferviente deseo de asistir al evento, destacando la inmensa importancia de la reunión y las inestimables ideas que obtuvo de ella.
“La misión encomendada continúa, otorgada expresamente al Movimiento de los 1.000 Misioneros y a todos los que lo han abrazado”, dijo Jae Song. “Integremos esta misión en nuestra existencia diaria, permitiendo que nos dé forma y nos defina a medida que avanzamos”.
La conmemoración del 30º aniversario y la reunión del Movimiento de los 1.000 Misioneros en el centro de Filipinas fue una ocasión trascendental para que los misioneros reflexionaran en sus viajes, compartieran sus testimonios y se comprometieran de nuevo con la noble tarea de difundir el Evangelio a todos. Al reavivar su pasión por la misión, reafirmaron su compromiso de ser mensajeros de esperanza y amor de Dios hasta el regreso de Jesús.
La oficina del Movimiento de los 1.000 Misioneros en el centro de Filipinas demostró su inquebrantable dedicación a apoyar la formación y el envío de misioneros cada año para la difusión del Evangelio, particularmente en las regiones no alcanzadas del mundo. Con su renovado celo y su reforzado sentido del propósito, estos misioneros seguirán teniendo un impacto significativo en la vida de aquellos con los que se encuentren, difundiendo el mensaje de esperanza y salvación por todos los rincones del planeta.
La versión original de esta noticia se publicó en el sitio web de la División Sudasiática del Pacífico.