Las acciones solidarias, la limpieza de calles, la arborización y el reciclaje, son parte de la agenda de los voluntarios adventistas que participan de Misión Caleb en el norte de Perú. El objetivo fue testificar acerca del cuidado y la responsabilidad ambiental mediante sus acciones. Se movilizaron en plazas, parques, vecindarios y avenidas principales, concientizando a la población.
A partir de las 8 de la mañana iniciaron con las actividades el día lunes 24 de julio, en conjunto con las autoridades de la región San Martín, Amazonas y líderes de la Iglesia Adventista del norte del Perú. Los voluntarios vienen dejando “huella” y desarrollando su vida física, mental, social y espiritual.
El fuerte calor de la selva norteña del Perú, no fue una excusa para parar. Al contrario, testificaron el compromiso de los adventistas con la responsabilidad social y su contribución con el medio ambiente. Indudablemente, este proyecto está desafiando a los voluntarios en hacer de la misión un estilo de vida.
Y para enfrentar al Dengue, se sumó la Universidad Peruana Unión, la Industria Adventista Unión y Nuevo Tiempo Perú, quienes generaron un impacto positivo por medio de mensajes explicativos respecto a la prevención y cuidados en la zona Huayco de la ciudad de Tarapoto.
Cada delegación, mediante sus guantes de ayuda y servicio, continuarán beneficiando a cientos de personas. “Para mí, Misión Caleb es sinónimo de servicio. Nosotros hemos venido con el sentir de ayudar y servir, eso es ser un Caleb”, afirmó Joaquín Ralazabal, voluntario adventista.
La versión original de esta noticia se publicó en el sitio de noticias en español de la División Sudamericana.