Irina y su hija Celeste participaban en las actividades de la Iglesia Adventista en el pueblo de Picota, situado en la selva peruana. Sin embargo, el marido de Irina no estaba de acuerdo, no les permitía asistir a la iglesia e hizo todo lo posible para alejarlas de la fe.

Con el paso del tiempo, la hija menor de Irina, Violeta, dio a luz a su bebé. Entonces, la situación de su familia se complicó. Surgieron problemas y su marido decidió marcharse de casa, dejándola sola con sus tres hijos. Tras esa dificultad en su vida, Irina abandonó la iglesia, pero siempre mantuvo su fe en Dios.

Irina se dedicó a trabajar para mantener a su familia. Sin embargo, durante esos años, Dios siempre la protegió y cuidó de sus hijos. Irina nunca pensó que una invitación a su hija menor para asistir a un evento de jóvenes adventistas iniciaría el gran reencuentro con su hogar, su iglesia y Dios.

Violeta fue bautizada en el congreso de jóvenes “It’s Coming”, realizado en la Universidad Peruana Unión, ubicada en Lima, el sábado 18 de febrero de 2023. Por esta decisión de su hija menor, Irina y Celeste decidieron regresar a la iglesia después de 16 años.

“Dios, desde el principio, nunca nos dejó solos. Siempre estuvo a cargo de nuestra vida. Mi hermanita se bautizó, mi novio dará clases en la UPeU Tarapoto, y yo veo a Dios en mi vida por el éxito que me ha dado. Parece que Dios está haciendo que todo encaje para que podamos volver a la iglesia”, dijo Celeste, quien, junto a su madre, tomó la decisión de volver a comprometerse con Cristo el sábado 4 de marzo, durante la campaña de evangelización Reencuentro.

La versión original de esta noticia se publicó en el sitio de noticias en español de la División Sudamericana.