Después de cuatro meses de dedicada oración y estudio de la Biblia en la Cárcel Municipal de Trinidad en Bohol, Filipinas, cinco individuos declararon públicamente su fe por medio del bautismo el 4 de noviembre de 2024.
Los esfuerzos unidos de las iglesias adventistas de toda la provincia de Bohol movilizaron a los miembros de las iglesias para participar activamente en la realización de estudios bíblicos y visitar regularmente a las personas privadas de libertad.
La iniciativa fue encabezada por Benedicta Orevillo, miembro de la iglesia local de la ciudad de Tagum Norte, que fue movida por el Espíritu Santo a servir a los reclusos de la cárcel de Trinidad. “Durante mi estancia en la ciudad, el Espíritu Santo me hizo sentir la necesidad de impartir estudios bíblicos a los reclusos. Me acerqué al jefe de policía y, por la gracia de Dios, se mostró abierto y me apoyó. Pudimos organizar sesiones semanales inmediatamente”, mencionó ella.
Las iglesias de la Unidad 2 del Distrito Norte de Bohol apoyaron con entusiasmo la visión de Orevillo para el ministerio de la cárcel. Desde entonces, han llevado a cabo estudios bíblicos todos los sábados por la tarde, logrando un impacto espiritual constante.
Muchos reclusos buscan esperanza, paz y sanación, y varias iniciativas se han ocupado de ofrecer programas educativos e interreligiosos dentro del sistema penitenciario para apoyar su rehabilitación. Las organizaciones religiosas desempeñan un papel crucial en este aspecto, ofreciendo programas que buscan proporcionar esperanza y facilitar la curación por medio de iniciativas basadas en la fe. Estos esfuerzos son esenciales para ayudar a los reclusos a encontrar paz y propósito durante su encarcelamiento, contribuyendo a su rehabilitación general y a su reintegración en la sociedad. La Iglesia Adventista de Bohol ve esto como una oportunidad de compartir el mensaje de esperanza y de encontrar esperanza y sanación en las Escrituras.
El evento marcó un profundo hito espiritual cuando ocho personas privadas de la libertad tomaron la decisión de aceptar a Jesús como su Salvador. Su compromiso fue afirmado por el pastor Armando F. Andrade, el líder del distrito que supervisó el viaje espiritual.
La ceremonia de bautismo estaba prevista inicialmente para el 1° de diciembre, una semana después, en la comisaría local. Sin embargo, circunstancias imprevistas permitieron que solamente cinco de los ocho reclusos procedieran al bautismo. Dos personas fueron trasladadas a la cárcel de Talibon, en otro municipio, al día siguiente de la culminación del programa, mientras que otra fue puesta en libertad para reunirse con su familia.
Los reclusos expresaron su sincera gratitud por la capacidad del ministerio de aportar esperanza y guía espiritual a sus vidas. Un preso compartió entre lágrimas: “Me sentía perdido por mi situación, pero gracias a vuestra presencia y a los estudios bíblicos, me siento guiado”.
Los agentes de policía también reconocieron el impacto transformador del ministerio. La sargento de policía Liezel Puracan Impis expresó su agradecimiento, diciendo: “Estamos agradecidos por sus esfuerzos en el ministerio de la cárcel. Si no fuera por mi deber, yo misma habría escuchado el estudio bíblico. Es esclarecedor. Hemos notado una transformación en los reclusos: son amables y cooperativos. Extendemos nuestro más sincero agradecimiento a todos ustedes”.
El Jefe de Policía PCPT Waldo Suraliza Batad compartió su agradecimiento, elogiando a las iglesias adventistas por su inquebrantable dedicación y reafirmando su apoyo al conceder un permiso continuo para que el ministerio continúe.
El artículo original se publicó en el sitio web de la División Sudasiática del Pacífico.