Los miembros de la Iglesia Avondale Memorial han hecho suyo el mandamiento de Jesús de “amar al prójimo” de una manera inspiradora.
Ante la llegada de muchas familias nuevas a Cooranbong (Nueva Gales del Sur, Australia), en pleno auge urbanístico, la iglesia ha ideado una forma de conectar con ellas mediante canastas de bienvenida a la comunidad.
Los miembros de la iglesia crean y distribuyen las canastas a los nuevos residentes de Watagan Estate, muchos de los cuales no tienen vínculos con la iglesia. Dentro de las canastas de bienvenida hay alimentos domésticos como azúcar, sal y otros productos básicos.
En grupos, los miembros de la iglesia han estado llamando a las puertas, estableciendo contactos, presentándose como miembros de la iglesia adventista local y dando una calurosa bienvenida a los recién llegados.
Leticia Moreno, pastora asociada de Avondale, cree que esta es una forma práctica de mostrar a Jesús a una comunidad que de otro modo no lo conocería. “No estamos predicando ni haciendo campañas de evangelización. Simplemente, estamos haciendo el bien”, dice.
La pastora Moreno dice que las respuestas han sido abrumadoramente positivas. “Incluso ha habido gente que nos ha dicho: ‘Nos ha conmovido tanto este gesto, que nos plantearemos ir a su iglesia’ ”.
“También recibí una llamada de alguien que quería dar las gracias a nuestra iglesia por la canasta de bienvenida a la comunidad que había recibido. Oré por teléfono con él y me dijo que querían venir a visitar nuestra iglesia”.
Según la pastora Moreno, la pandemia ha hecho que muchas personas de la comunidad se sientan desconectadas. “Muchos han expresado que no tienen necesidad económica, pero que conectar con la gente ha sido bueno”, afirma.
Esta experiencia también ha sido positiva para los miembros de la iglesia, ya que ha alimentado las conexiones intergeneracionales entre los jóvenes y los mayores, proporcionando oportunidades para que los primeros reciban mentores en el ministerio por parte de los segundos.
La pastora Moreno afirma que “anima a los niños a participar y da a la gente de la iglesia un sentido de la razón por la que nos reunimos. Somos la iglesia cuando estamos conectados”.
“Cuando hacemos cosas como esta y servimos a la comunidad sin ataduras y mostramos el amor de Dios de forma práctica, aquellos que han sido antagonistas en el pasado tienen una razón para interesarse por la iglesia”.
La versión original de esta noticia se publicó en el sitio web de Adventist Record.