Los adventistas del séptimo día de toda Cuba se han estado movilizando para apoyar a cientos de miembros de iglesia afectados por el Huracán Oscar, que azotó la región oriental de la isla cerca de Baracoa, Guantánamo, el 20 de octubre de 2024. El huracán de Categoría 1 trajo consigo olas de más de cuatro metros a las comunidades de la costa, lo que provocó siete muertes y daños a más de mil casas, según los informes de los medios.
“Los mayores daños se produjeron en las municipalidades de San Antonio del Sur e Imías, donde los ríos desbordaron después de tres días sin energía eléctrica en toda la isla”, dijo el pastor Aldo Pérez, presidente de la Unión Cubana, en un mensaje de video días después de la tormenta. Pérez animó a los miembros de iglesia a que oren por los que viven en las comunidades más afectadas, destacando que “allí en las montañas tenemos un adventista por cada cuatro habitantes”. Muchas familias han perdido todo, añadió. Los líderes de la unión no han reportado ninguna muerte entre los miembros de iglesia.
En Imías, el pastor Karel Falcón y su esposa Arelis experimentaron la furia del huracán de primera mano cuando se vieron sorprendidos por la creciente del agua en medio de la noche. “Trataron de abrir la puerta del frente, pero la presión del agua lo impidió. Entonces, corrieron hacia el fondo y escaparon a las montañas”, contó Ireidys Pita, directora de comunicación de la Unión Cubana. “Gracias a Dios, se salvaron, pero perdieron todo lo que tenían y ahora se están alojando con una vecina”. Después de la tormenta, Falcón se dedicó rápidamente a conectarse con los miembros locales de las comunidades cercanas.
Ha sido difícil comunicarse, dado que muchos caminos están anegados, y el huracán los azotó mientras muchos residentes no lo esperaban y estaban durmiendo. “Muchos de nuestros hermanos vivían justo frente al mar, y estamos preocupados por ellos”, explicó Pita.
En respuesta a la catástrofe, la División Interamericana ha activado fondos para ayudar a los miembros afectados. “Iniciamos una asistencia ante la catástrofe de acuerdo con el reglamento, y estaremos atentos a las necesidades allí”, dijo Ivelisse Herrera, tesorera de la División Interamericana.
Esta semana, se han estado recolectando alimentos tales como arroz, porotos frijoles, aceite y pasta que serán enviados a la región oriental. Los líderes de la iglesia, incluido el pastor Pérez, cargó los artículos en un par de vehículos para el viaje de más de mil kilómetros hasta Imías y San Antonio del Sur. “Una vez que puedan evaluar la situación de la región, tendrán más información sobre la comunidad de la iglesia en el lugar”, añadió Pita.
Las iglesias de toda La Habana y otras partes de la isla también están recolectando alimentos, mantas y artículos de todo tipo para los miembros afectados.
El pastor Roberto Soler, de la iglesia adventista de Boyeron en La Habana, trabajó con un grupo de miembros jóvenes de la iglesia para preparar bolsas con prendas de vestir y otros artículos donados por los miembros de iglesia. “Varios Conquistadores y Aventureros ayudaron a empacar los artículos donados para Baracoa”, destacó Pita. “Alabamos a Dios porque muchos otros distritos, como el de Violeta – Bolivia – Grúa Nueva y Morón en Ciego de Ávila, además de los de Potrerillo, Rafael Freyre, y Holguín, han logrado apoyar a nuestros hermanos afectados por el huracán”.
El Huracán Oscar se debilitó hasta pasar a ser una tormenta tropical unas pocas horas después de tocar tierra en la región oriental de Cuba, según el Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos.
El artículo original se publicó en el sitio web de la División Interamericana.