La comunidad adventista de Volzhsky (Rusia) lleva muchos años colaborando con el Fondo de Ayuda a Niños Discapacitados. El 12 de mayo de 2024, la iglesia organizó un programa benéfico al que asistieron más de 30 personas, incluidas familias con niños con necesidades especiales.
La historia de esta cooperación comenzó con un encuentro inesperado en diciembre de 2016. La comunidad adventista de Volzhsky lleva ocho años colaborando con la organización benéfica pública de la ciudad “Dar bien”. Lyudmila Zaishnikova, miembro de la Iglesia Adventista de Volzhsky, se fijó en un árbol de Navidad en una tienda con fotos de niños discapacitados en lugar de adornos. Dos mujeres estaban junto al árbol con una caja de donativos, recaudando fondos para comprar pañales y productos de higiene para recién nacidos abandonados.
Zaishnikova conoció a estas mujeres, una de las cuales resultó ser la directora de la fundación “Dar bien”. Lyudmila compartió esta historia con su comunidad. Hubo una propuesta para organizar un concierto de Navidad, y las representantes de la fundación fueron invitadas a asistir. Después del concierto, tomamos té juntas y tuvimos ocasión de charlar y conocernos mejor. Esto marcó el comienzo de una amistad que ha durado ocho años, y los programas benéficos se han convertido en una tradición muy apreciada en la comunidad.
Se celebran hasta 10 reuniones al año: conciertos navideños, clases de cocina y programas infantiles y familiares. A cada evento asisten entre 15 y 16 familias, para las que la comunidad prepara regalos de comida, organiza jornadas de salud y ofrece ropa y calzado. En todas las reuniones se escucha la Palabra de Dios.
El 12 de mayo, la comunidad organizó un gran programa de conciertos titulado “Nuestra Pascua es Cristo”, dirigido a familias con niños con necesidades especiales y a cualquier persona interesada en aprender más acerca de Cristo. Toda la festividad se representó como “la historia del amor de Dios”. Los números musicales llevaron al público a lo largo de los días en que Jesucristo vivió en la tierra, revelando la esencia de su ministerio a la gente. El punto culminante del programa fue su muerte y su resurrección, símbolo de la salvación humana y de la victoria sobre el pecado y la muerte.
Cada programa navideño para los miembros de la comunidad es una oportunidad para llevar calor a las familias que atraviesan dificultades. Como dijo un miembro de la comunidad: “Todo lo que hacemos es una expresión de nuestro amor a Cristo, que no termina con un solo día, sino que nos da la oportunidad de servir a nuestro prójimo”. En respuesta a este servicio, la comunidad se regocija con las sonrisas y palabras de gratitud de quienes han recibido ayuda.
El artículo original se publicó en el sitio web de la División Euroasiática.
