En septiembre de 2024 se celebró la Semana de la Esperanza en la región occidental de Minas Gerais, Brasil, donde más de 730 personas fueron bautizadas, celebrando su fe y su compromiso con Dios. Entre estas historias se encontraba el testimonio de una niña de 10 años cuya fe inspiró a muchos, incluida su madre, que decidió seguir a Jesús y bautizarse durante el evento. “Quiero ver a mi madre en el cielo”, dijo Allice Assis Ferreira.
Una trayectoria de dedicación
A los 9 años, Ferreira se involucró en el club de Conquistadores y en las actividades de la iglesia y decidió bautizarse. Sin embargo, cuando iba a la iglesia con su abuela, sentía una profunda tristeza porque su madre, Larissa Assis, siempre encontraba una razón para no ir. A pesar de ello, había algo en Ferreira que llegaba al corazón de su madre: el compromiso de su hija con los diezmos y las ofrendas.
“Solamente estoy devolviendo una parte de todo lo que Dios me ha dado”, dijo, revelando una profunda comprensión de la entrega a Dios. Incluso a su corta edad, la dedicación de Ferreira fue lo que empezó a tocar el corazón de su madre.
Esta fe sincera empezó a obrar una transformación silenciosa pero poderosa en el corazón de su madre. Confiesa que, con el tiempo, solo pensaba que “debía ser yo quien enseñara a mi hija la obediencia a Dios”, dice. Con el tiempo, el Espíritu Santo empezó a actuar, y Assis se dio cuenta de que ya no podía resistirse al amor del que estaba siendo testigo, afirma.
Durante la Semana de la Esperanza, Assis dio un paso importante al dedicar su vida a Jesús y bautizarse. “Tomé esta decisión porque reconocí que mi propósito en esta tierra es conocer a Jesús y compartirlo con los demás”, expresó, afirmando su fuerte fe en Cristo.
El artículo original se publicó en el sitio web en portugués de la División Sudamericana.