Una campaña realizada por la Escuela Adventista Ibes, en Vila Velha, Espírito Santo, Brasil, beneficiará a varias mujeres que luchan contra el cáncer. Para celebrar el Día de la Madre, la unidad escolar decidió realizar una campaña de concientización con sus alumnos, empleados y la comunidad, por lo que llevó una estructura para cortar y recibir cabellos en una plaza pública. Las donaciones serán ahora transformadas en pelucas para mujeres asistidas por el Grupo de Apoyo a Personas con Cáncer (GAPC).
La campaña “Tu pelo es tan fuerte que puede cambiar la vida de alguien” buscó ser un punto de referencia para la donación de pelo, pañuelos y productos de higiene personal, además de ofrecer servicios de medición de la tensión arterial y un refrigerio para los donantes. La iniciativa fue fruto de la colaboración entre la escuela, el salón de belleza Dondocas, la cadena hospitalaria Meridional y el propio GAPC, y tuvo lugar en la plaza central del barrio de Ibes, en Vila Velha, el 12 de mayo de 2023.
En las tres horas que duró el evento, se donaron más de 80 mechones de pelo, 30 pañuelos y 20 artículos de higiene personal. Todo este material se destinó a GAPC, que confeccionará las pelucas y dirigirá las donaciones a las más de 100 mujeres atendidas por la organización no gubernamental. La acción fue destacada en diferentes medios de comunicación de Espírito Santo.
“En todas las fechas conmemorativas, solemos crear una campaña de sensibilización para que nuestros alumnos aprendan no solo el motivo de la celebración en sí, sino a tener un impacto social”, dice Marina Farias, directora de Ibes. “Con esta campaña de donación de pelo, queremos convertirla en un programa anual fijo del colegio para ayudar siempre a GAPC y crear esta cadena del bien. Fue precioso ver a nuestros alumnos traer su pelo”.
DONACIONES TRANSFORMADAS EN PELUCAS
Una de las alumnas que donó fue Alice Bolzan, que tiene solamente diez años y cursa el quinto año de primaria. Animada por su madre, que ya conocía la campaña que estaba llevando a cabo el colegio, aprovechó la acción pública y donó 30 centímetros de pelo.
“Ya había donado mi pelo una vez, pero fue hace mucho tiempo, creo que hace unos cuatro o cinco años. Entonces le dije a mi madre que quería cortarme el pelo, y ella me dijo que lo donara, que mi pelo se convertiría en una bonita peluca para alguna madre que lo necesitara”, cuenta Bolzan. “Era muy diferente, pero tengo una sensación tan buena porque voy a ayudar a quien más lo necesita, y el pelo vuelve a crecer”.
Para Suzana Castro, trabajadora social del GAPC, iniciativas como esta ayudan a cambiar la mentalidad de las personas, tanto de los niños como de sus familias, y repercuten en la vida de quienes necesitan afecto material en este momento de su vida. “Ayudamos a muchas mujeres que vienen del campo, que son pobres y están necesitadas. Estas donaciones son importantes para aliviar su sufrimiento. Asociaciones como esta enriquecen a la sociedad, crean conciencia del bien y acercan el GAPC a la gente”, señala Castro. “Ahora, las donaciones de pelo van a una empresa de São Paulo, que fabrica las pelucas, y luego vuelven aquí. Los pañuelos y los productos de higiene, en cambio, se distribuirán entre los necesitados”.
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La versión original de esta noticia se publicó en el sitio de noticias en portugués de la División Sudamericana.