Hace treinta años, Zhovti Vody, en Dnipropetrovsk Oblast, Ucrania, acogió un programa de evangelización dirigido por Vasyl Semanivsky. El resultado fue la formación de una comunidad adventista.
La comunidad ha pasado por muchas pruebas a lo largo de los años, pero lo más importante es que no ha perdido su misión principal: predicar el Evangelio eterno y ser una luz en el mundo.
En el culto sabático del 6 de mayo de 2023, la comunidad recordó el camino recorrido. Ese día acudieron numerosos invitados de distintas ciudades, como Kryvyi Rih, Hannivka, Pyatikhatky y Dnipro, así como residentes locales: en total, asistieron 130 personas.
Una semana antes del aniversario, el 29 de abril, se celebró una ceremonia bautismal en la que tres nuevos miembros se unieron a la congregación. Fue un testimonio de que la iglesia continúa su misión de proclamar la buena nueva de la salvación de Dios. Fue simbólico que, durante la reunión del aniversario, otras tres personas, la familia Frolov y Oleksandr Lubchuk, recordaran sus experiencias de hace 30 años, cuando se unieron a la Iglesia Adventista.
En el servicio participaron un coro de niños y un coro combinado de Kryvyi Rih; Alla Bukhanets tocó la dombra, y Vasyl Ivashkiv y Maryna Lebid alabaron a Dios cantando.
Volodymyr Yarosh, tesorero de la Asociación del Dniéper Oriental (que abarca el territorio de las regiones de Dnipro, Donetsk, Zaporizhzhia, Luhansk y Kharkiv), saludó y animó a los asistentes. También se rindió homenaje a los pastores que llevaban 30 años sirviendo en la comunidad. Durante este tiempo, se han celebrado numerosas acciones sociales, programas de evangelización, clases de cocina y reuniones para niños. La comunidad cuenta con un club de Conquistadores, un programa para el desarrollo integral de los adolescentes. Por eso, durante la celebración del aniversario, se prestó especial atención a los niños y se organizaron interesantes talleres, como antiestrés, dibujo con espuma de aire y trabajo con plastilina de aire.
El año pasado, durante la invasión rusa a gran escala, la comunidad participó activamente en la ayuda a los desplazados, proporcionándoles alimentos y productos de higiene. Muchos residentes locales se suman, dedicando su tiempo y energía a organizar el proceso de ayuda. Así, la comunidad sigue sirviendo a la sociedad, superando juntos diversos desafíos.
Al final del servicio, los invitados recibieron como obsequio el libro No te abandonaré, y la conversación continuó durante el almuerzo, preparado con cariño por los hospitalarios anfitriones.
La versión original de esta noticia se publicó en el sitio de noticias en ucraniano de la División Euroasiática.