En la tarde del sábado 3 de agosto de 2024, se añadió un hermoso capítulo a una excepcional historia de vida en la Iglesia Adventista del Séptimo Día de Mjøndalen, Noruega. Jan Paulsen, quien fue presidente de la Asociación General de Adventistas del Séptimo Día de 1999 a 2010, bautizó a tres de sus nietos en un servicio sencillo pero conmovedor. Dirigieron el servicio y compartieron la alegría el pastor local Reidar Kvinge y su esposa, Lynn.
Como un capítulo temprano de la historia, Jan y Kari Paulsen fueron a África para servir en funciones educativas: dos años en Ghana y cuatro años en Nigeria. Su hijo mayor, Jan Rune, nació en Ghana. Jan y Kari tenían 27 años cuando dejaron Noruega, y no volverían definitivamente hasta dentro de 50 años.
Rein, el hijo menor de Paulsen, ha tenido durante muchos años grandes responsabilidades en la asistencia internacional. Ha vivido y trabajado en países tan diversos como Noruega, Singapur, Estados Unidos, Sudáfrica y Ruanda para World Vision International. En Ruanda conoció a su esposa, Aimée, originaria de la República Democrática del Congo, el segundo país más grande del continente africano.
Tras el matrimonio, la familia de Rein ha vivido en Suiza, Panamá y la República Democrática del Congo mientras Rein trabajaba para la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (ONU). Ha asumido responsabilidades cada vez más importantes en la asistencia internacional, y ahora la familia vive en Roma, donde Rein trabaja como director de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
El notable sentimiento global e internacional se puso de manifiesto durante el bautismo de una forma pocas veces vista en Noruega. La influencia de la madre, Aimée, en la crianza de los hijos se dejó sentir y fue reconocida, ya que Aimée estaba sentada en primera fila y Rein la ayudaba. Jan Paulsen no intentó ocultar que se trataba de una ocasión especial para él. Sentado en una silla al borde de la plataforma, se dirigió directamente a los tres nietos con una sencilla narración de la historia de Juan el Bautista y el bautismo de Jesús.
Cuando llegó el momento del bautismo, Jan Reidar (21), el primero y el de más edad, lo ayudó a entrar en el bautisterio. Lo acompañaban Hans Olav (19) y Tor Sebastian (14), los tres con nombres noruegos aunque multiculturales y multilingües. Jan Reidar estudia Literatura en la Universidad Americana de Roma y este verano estuvo dando clases en Japón. Hans Olav estudia Psicología en la Universidad John Cabot de Roma, y Tor Sebastian empezará el bachillerato en Roma este otoño.
Los asistentes se enteraron más tarde, en el departamento de Jan, que la madre, Aimée, ora individualmente con cada uno de los chicos por la mañana y por la noche. Lo más conmovedor para todos los asistentes fue la muestra de afecto de los niños entre sí y, en esta ocasión, especialmente hacia su abuelo, con el que han mantenido un estrecho contacto mientras crecían, a pesar de vivir en lugares distintos y remotos.
Los bautismos son ocasiones especiales, esta vez con elementos tan emotivos que no había un ojo seco entre el público. No podía ser de otra manera al ver al abuelo, tras una larga vida de servicio, abrazando a sus tres nietos en el bautisterio.
El artículo original se publicó en el sitio web de la Adventist Review.