Líderes religiosos y miembros de diversas confesiones cristianas se reunieron para compartir su fe, fomentando la unidad y el entendimiento. La iniciativa pretendía tender puentes, promover el diálogo y disipar ideas erróneas sobre la Iglesia Adventista del Séptimo Día, fomentando una mayor colaboración en el espíritu de la comunión cristiana.
Este evento anual, celebrado el 15 de agosto de 2024, reunió a pastores y representantes de la Iglesia Pentecostal Unida, la Iglesia Bautista, la Iglesia del Nazareno y congregaciones católicas romanas. Esta iniciativa promueve las relaciones permanentes con otras denominaciones cristianas, fomentando un intercambio saludable, ya que todos reconocen la misión compartida de difundir el Evangelio y la esperanza que se encuentra en la Biblia.
Bajo el lema “Predica”, los organizadores de esta iniciativa buscaron destacar dos objetivos clave. En primer lugar, destacar la misión común de todos los cristianos: proclamar el Evangelio de Jesucristo. En segundo lugar, tuvieron como objetivo fomentar la unidad entre las denominaciones, inspirando la colaboración a pesar de las diferencias doctrinales. Al centrarse en un tema común, los participantes pudieron centrarse en lo que les une en su fe y su misión.
Durante el evento, los participantes entablaron un diálogo significativo para abordar conceptos erróneos y aclarar prácticas que a menudo conducen a la división entre grupos cristianos. Estas conversaciones desempeñaron un papel vital en la construcción del respeto y la comprensión mutuos, ayudando a fortalecer las relaciones entre los asistentes.
Felixian T. Felicitas, secretario de campo de la Iglesia Adventista en la región Sudasiática del Pacífico, pronunció un mensaje centrado en la gracia hallada en el Calvario y en cómo esta gracia une a todos los creyentes en su compromiso con Dios.
Tras el mensaje, pastores de diversas afiliaciones religiosas participaron en un diálogo abierto, compartiendo sus reflexiones sobre el mensaje y ampliando las verdades y principios presentados desde sus propias perspectivas de fe. A lo largo del debate, mantuvieron un espíritu de respeto y cortesía, honrando los valores cristianos compartidos por los asistentes.
La conversación ofreció una valiosa oportunidad para el entendimiento mutuo, en la que las diferencias doctrinales pudieron expresarse y explorarse respetuosamente. Más que una simple reunión, este evento sirvió de llamado a una mayor unidad dentro de la comunidad cristiana, recordando a todos los participantes que la misión de compartir el Evangelio es la máxima prioridad de todas las denominaciones. Demostró que, independientemente de la afiliación confesional, los cristianos pueden colaborar para construir relaciones más fuertes e inclusivas, unidos en su propósito común de difundir el mensaje de Cristo al mundo.
El artículo original se publicó en el sitio web de la División Sudasiática del Pacífico.