La Iglesia Adventista del Séptimo Día ha publicado declaraciones claras en relación con la sexualidad humana, la homosexualidad y la transexualidad. Todas estas declaraciones fueron publicadas después de un cuidadoso estudio de la Palabra de Dios que se encuentra en las Sagradas Escrituras, ya que proporciona la base autorizada para comprender adecuadamente su voluntad respecto a todas las cuestiones que enfrenta la humanidad, incluida la de la sexualidad humana. A partir de nuestro estudio de la Palabra de Dios, junto con la lectura del Espíritu de Profecía, encontramos que la sexualidad humana es descrita como una institución ordenada por el cielo: el matrimonio entre un hombre y una mujer. Al expresar nuestra comprensión de la voluntad de Dios respecto a la sexualidad humana, lo hemos hecho con el amor y la compasión de Cristo, sabiendo que todos hemos pecado y estamos destituidos de su gloriosa norma de vida (Romanos 3:23). Como familia eclesiástica, debemos ser una extensión del amor de Dios por toda la humanidad y apoyar intencionalmente a quienes luchan contra el pecado en todas sus formas, al tiempo que fomentamos un estilo de vida que esté en armonía con la Palabra de Dios. Creemos que toda la humanidad pecadora puede ser una nueva creación en Cristo, como indica 2 Corintios 5:17: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.
En las últimas semanas, algunas organizaciones eclesiásticas o personas individuales a nivel local, en sus ámbitos locales, han tratado de brindar apoyo a los que llevan un estilo de vida alternativo en cuanto a la sexualidad humana que es incompatible con nuestra interpretación bíblica de este asunto y con declaraciones de la Iglesia Adventista del Séptimo Día que ya fueron votadas y publicadas oportunamente. Para algunos en sus entornos locales, incluso ha habido esfuerzos deliberados para promover la causa de estilos de vida de sexualidad humana alternativos sin tener en cuenta la autoridad de la Palabra de Dios y los consejos proporcionados por el Espíritu de Profecía. Aunque estas actividades fueron patrocinadas localmente, han recibido amplia difusión en las redes sociales, creando confusión y preocupación entre los miembros de la iglesia que han estado pidiendo una posición clara pero amable respecto a este asunto por parte de los líderes de la iglesia en varios niveles.
La Asociación General afirma las declaraciones votadas respecto a la sexualidad humana, la homosexualidad y la transexualidad publicadas por la Iglesia Adventista del Séptimo Día y no apoya, respalda ni aprueba actividades que busquen promover comportamientos de la sexualidad humana que no estén de acuerdo con la Palabra de Dios. Bajo la conducción del Espíritu Santo, la Asociación General y sus Divisiones continuarán trabajando con los diversos niveles de la estructura de nuestra iglesia para resolver los problemas que surjan de estas actividades patrocinadas localmente, manteniendo al mismo tiempo el amor y la compasión semejantes a los de Cristo por todas las personas. La Asociación General y otras entidades de la iglesia trabajarán diligentemente, de acuerdo con los preceptos y las instrucciones de la Santa Palabra de Dios, para traer claridad y resolver los desafíos que se enfrenten. Cada miembro de iglesia en todo el mundo debe permanecer cerca de la Palabra de Dios en la vida diaria y, mediante la oración ferviente, pedir la intervención directa de Dios en situaciones en las que haya un alejamiento de sus instrucciones divinas expresadas en la Biblia y el Espíritu de Profecía. Sin duda, habrá más intentos por parte de varios grupos de socavar las claras instrucciones de la Palabra de Dios y las declaraciones votadas de la iglesia mundial respecto a estos asuntos. Cuando las personas deseen compartir sus preocupaciones, deben trabajar estrechamente con los líderes de la iglesia local, la asociación, la unión o las instituciones, en amor y compasión como los de Cristo, para abordar las actividades patrocinadas localmente que no estén en armonía con la Palabra de Dios.
Aferrémonos a la preciosa Santa Palabra de Dios, la Biblia, aceptando la justicia justificadora y santificadora de Cristo mientras esperamos su pronta segunda venida.