Daniel Dvořák no estaba tranquilo. Como bicampeón del mundo de levantamiento de pesas (powerlifting), bicampeón de Europa y once veces campeón checo, sus sueños se habían hecho realidad. Había viajado por todo el mundo para competir y ganar. Era una figura conocida y respetada en el mundo del levantamiento de pesas competitivo.
Sin embargo, no era suficiente. “Tenía fama, dinero, patrocinadores y mujeres”, cuenta Dvořák nueve años después, “pero no había paz en mi interior”. Se sentía infeliz e inquieto, siempre en busca de algo que le faltaba.
CONSEJOS DE UN SACERDOTE
Dvořák recuerda un día allá por 2014 como si fuera ayer. Se había estado sintiendo especialmente inquieto. Dos días antes, había conocido a una chamán que le contó detalles acerca de su pasado que creía que nadie más podía saber. Estaba estupefacto. ¿Era esa la verdad que buscaba?
Un día después, Dvořák comentó la “revelación” que había recibido con un sacerdote católico.
–¿No es un milagro que demuestra que, después de todo, Dios existe? –le preguntó al sacerdote.
–Ten cuidado –le dijo el sacerdote–. No todos los milagros vienen de Dios. Hay milagros que vienen del enemigo.
Dvořák estaba muy confundido. ¿Cómo iba a distinguir lo verdadero de lo falso?
UN PASEO CON EL PERRO QUE CAMBIÓ SU VIDA
Ensimismado en sus pensamientos, Dvořák decidió sacar a pasear a su perro. Cuando llegó a un parque cercano, vio a otro hombre que también paseaba a su perro. Se pusieron a charlar.
–¿A qué se dedica usted? –le preguntó Dvořák.
–Soy pastor –respondió.
Dvořák decidió contarle su reciente experiencia con la chamán y con el sacerdote católico para tener una tercera opinión respecto a su experiencia sobrenatural.
–El sacerdote católico tiene razón –le dijo el pastor–. No todas las revelaciones o milagros proceden del Dios de la Biblia.
–¿Qué puedo hacer si se me vuelve a acercar esta chamán? –le preguntó Dvořák.
–Solo tienes que orar –le dijo el pastor–. En cuanto intente ‘revelarte’ tu pasado, presente o futuro, empieza a orar. Todo irá bien.
Antes de despedirse, el pastor adventista Miroslav Starý dio a Dvořák sus datos de contacto.
–Es extraño –le dijo el pastor–. Suelo caminar en otra dirección. Nunca llevo al perro de paseo a este parque. No estoy seguro de por qué he venido hoy por aquí.
EL PODER DE LA ORACIÓN
Al día siguiente, Dvořák se reunía con un grupo interesado en suplementos nutricionales para deportistas de competición. Cuando llegó, vio que la chamán también formaba parte del grupo. Se le acercó de nuevo, deseoso de entablar conversación y compartir más “revelaciones” acerca de su vida y su futuro.
Siguiendo el consejo del pastor adventista, Dvořák empezó a orar mentalmente con todas sus fuerzas. De repente, el rostro de la chamán mostró una mueca de dolor. Empezó a insultar a Dvořák y, al cabo de unos segundos, se marchó para no volver a molestarlo.
El pastor tenía razón –pensó Dvořák–. Voy a llamarlo.
UN ALUMNO FIEL
El pastor Starý se alegró mucho al oír que Dvořák quería estudiar la Biblia. Sin embargo, también tenía miedo. Sabía que Dvořák tenía fama de estrella temperamental y pendenciera. El pastor pensó que no se sentiría seguro invitando a Dvořák a su casa. Decidieron reunirse en una pizzería local.
“Y así, allí estábamos”, recuerda Dvořák con una sonrisa casi nueve años después.
“Rodeados de personas que comían pizza y bebían cerveza, con la Biblia abierta, estudiando la profecía”. Llevó tiempo y esfuerzo, pero poco a poco, Dvořák llegó a aceptar las verdades que Starý compartía de la Biblia con él. Su vida también empezó a ser transformada por el poder de la Palabra de Dios. “La gente del deporte me conocía como una persona loca y arrogante”, dice. “Era bebedor y fumador. Pero ahora empezaron a notar una diferencia. ‘Eras salvaje, pero has cambiado’, me decían”.
UN REGALO DE DIOS
Tras muchos meses de estudio de la Biblia, llegó el día en que Dvořák decidió dar testimonio público de su fe mediante el bautismo.
Las iglesias adventistas de Praga habían organizado una ceremonia bautismal conjunta con personas de varias congregaciones que estaban preparadas para el bautismo. Aquel día, Dvořák conoció a una joven de otra iglesia que también estaba entre los bautizados.
Senwelo había crecido en otra confesión cristiana en Botsuana y conoció el mensaje adventista mientras estudiaba en Praga. Fue su primer encuentro, pero no el último. Se hicieron amigos y luego empezaron a salir. Con el tiempo, se casaron. En junio de 2023, están a punto de convertirse en padres primerizos.
“Dios ha sido muy bueno conmigo”, dice Dvořák. “Me ha dado una buena esposa y una nueva familia. Esta iglesia es mi familia”.
UN PODEROSO TESTIMONIO
Como nuevo miembro de la iglesia, Dvořák no podía creer la nueva paz que sentía, pero muy pronto comprendió que las buenas noticias eran algo que había que compartir. Empezó en el lugar donde se sentía más cómodo: el gimnasio donde trabajaba como entrenador. Dvořák empezó a buscar oportunidades para compartir su fe. Tenía la presentación más poderosa: la historia de su propia vida.
“Eras lo peor”, le dijo una vez un colega. “Si tú pudiste cambiar, quizá también haya una oportunidad para mí”.
Un día, otro colega del gimnasio aceptó hablar de la verdad bíblica con Dvořák. “Estudiamos la Biblia durante dos horas y terminamos llorando”, recuerda Dvořák.
El testimonio de Dvořák dio sus frutos, ya que otros entrenadores del gimnasio terminaron solicitando estudios bíblicos y se convirtieron en miembros de la iglesia.
“Además de mí, hay dos entrenadores adventistas en el gimnasio”, comparte Dvořák. “Y pronto podríamos tener un tercero”. Una de ellas es Bára Trundová, excampeona checa de fitness corporal. Durante las reuniones de evangelización celebradas en Praga en mayo, Trundová fue una de las diaconisas que ayudó sin reservas en la sede de las reuniones.
TESTIGOS DE GIRA
El grupo asiste a la pequeña pero creciente Iglesia Adventista del Séptimo Día de Praha Žižkov, todavía pastoreada por Starý. “El pastor Starý es justo lo que necesitamos”, dice Dvořák. “Es firme, pero muy paciente con nosotros. No somos ovejas, pero Dios sigue obrando en nosotros”.
Dvořák, Trundová y el entrenador de gimnasio René Nadrchal, también miembro de la Iglesia, visitan regularmente congregaciones adventistas de todo el país para volver a contar sus historias de transformación de vida. “Todos venimos de familias ateas”, dice Dvořák. “Ahora, nuestro trabajo es usar nuestro testimonio para despertar a otros miembros de la iglesia que puedan estar durmiendo, y para llevar a más gente a Jesús”.
La versión original de esta noticia se publicó en el sitio web de la Adventist Review.