Familias afectadas por la crecida del río Mearim, en las ciudades de Pedreiras y Trizidela do Vale, Maranhão, recibieron tarjetas de beneficios de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) Internacional. En total, se entregaron 587 tarjetas, con un crédito de 150 reales (unos 30 dólares).
La entrega fue administrada por ADRA Maranhão, que, desde el comienzo de las inundaciones hace unos 30 días, ha trabajado en colaboración con Acción Solidaria Adventista (ASA) de la Asociación Maranhense del Sur, la sede de la Iglesia Adventista para la parte sur del estado, para ayudar a los afectados por las inundaciones.
Francisca Ribeiro, agricultora, fue una de las beneficiarias. “La ayuda es muy bienvenida; llegó en el momento justo. Quiero dar las gracias a la Iglesia Adventista. Esta tarjeta me ayudará, la necesitaba mucho”, dijo.
Cientos de familias se quedaron sin hogar por la crecida del río Mearim.
El departamento de Acción Solidaria Adventista en el sur de Maranhão distribuyó bolsas de alimentos y 500 kits de higiene personal. [Foto: ADRA Maranhão].
En Maranhão, el número de ciudades afectadas por las lluvias ha llegado a 70, según la Defensa Civil. Pedreiras e Trizidela do Vale estão entre las ciudades más afectadas.
Como referencia, solamente en Pedreiras hay más de 200 familias sin hogar, distribuidas en 30 refugios. Varias aldeas de la región están aisladas, y hay decenas de familias sin hogar.
En este escenario, la Iglesia Adventista actuó para aliviar el sufrimiento de la gente. ADRA Maranhão, con los miembros voluntarios de las iglesias de esta región, visitó e inscribió a las familias para que recibieran beneficios, porque perdieron sus muebles y sus pertenencias personales, como en el caso de Eduarda Francica.
“Dejamos nuestra casa, no porque queramos. Mi casa se cayó; perdí muchas cosas bajo el agua. Mi marido y yo estamos sin trabajo, tengo dos hijos pequeños: uno de dos años y otro de cuatro. Esta tarjeta ya nos ayudará”, dice Francica.
Carol Melo, secretaria de Asistencia Social de Pedreiras, considera importante la ayuda de los adventistas en este momento de catástrofe. “Con las tarjetas, estas personas tendrán la libertad de comprar otros artículos que puedan necesitar”, dice.
ASA ENTREGA ARTÍCULOS DE PRIMERA NECESIDAD
Por su parte, ASA, en el sur de Maranhão, invirtió 20.000 reales (unos 4.000 dólares) en 500 kits de higiene personal y decenas de cestas de alimentos básicos.
ASA lleva coordinando la asistencia a las familias desde que se produjeron los primeros deslizamientos por las lluvias en esta región.
El Día Mundial de la Juventud, por ejemplo, celebrado el 18 de marzo, muchos interrumpieron los programas de sus iglesias locales para prestar algún tipo de ayuda a las familias, según el Pr. Wilkson Tmar. A medida que pasaban los días y aumentaban las necesidades de los afectados, el apoyo de la iglesia, junto con las autoridades locales, ha marcado la diferencia.
“Estamos muy contentos, no solamente con la respuesta de ADRA, sino con la ayuda de los hermanos a la comunidad. La iglesia está activa, cumpliendo la misión, ha sido gratificante verlo”, evalúa el pastor local.
Mikael Pereira, uno de los voluntarios, declaró sentirse feliz de poder ayudar. “Es muy gratificante participar en este proyecto. Poder mirar a los ojos a estas personas que necesitan ayuda. Esto nos ayuda a crecer como seres humanos, porque empezamos a comprender el dolor de los demás”, explica.
VOLUNTARIOS DE LA IGLESIA
En palabras del Pr. Valleide Máximo, director de Acción Solidaria Adventista para la región sur de Maranhão, “es en estos tiempos difíciles que la iglesia, como extensión del ministerio de Cristo, necesita ayudar a los más necesitados, mediante acciones solidarias”.
Además, en reconocimiento a todo el esfuerzo y los servicios prestados a los afectados por las inundaciones, ADRA condecoró a los voluntarios con insignias al mérito.
El Pr. Valmir Barros, presidente de la Iglesia Adventista en la región, reafirma la función de la iglesia en situaciones como esta. “Como iglesia, entendemos que tenemos una responsabilidad. Somos una iglesia de la Palabra, pero también somos la iglesia del pan. Sabemos que tenemos que predicar la Palabra, pero también preocuparnos por la gente que tanto necesita ayuda”.
Concluyendo el trabajo en esta región, Marcos Roberto, director de ADRA Maranhão, reconoce el esfuerzo conjunto y elogia el espíritu solidario de los voluntarios. “Sabemos que no es mucho, sobre todo si se compara con lo que han perdido, pero es un poco de esperanza para cada una de estas personas. Nosotros, como ADRA, estamos muy contentos de ser instrumentos de Dios en este momento”, concluye.
La versión original de esta noticia se publicó en el sitio de noticias en portugués de la División Sudamericana.