Mientras la población mundial alcanzaba los 8.000 millones en noviembre de 2022, el número de personas que aún no han escuchado el Evangelio seguía creciendo, superando ya los 3.000 millones en todo el mundo. Este desafío es particularmente desalentador en la Ventana 10/40, una región que abarca países con diversas tradiciones religiosas e historias culturales profundamente arraigadas. A pesar de estas complejidades, los misioneros adventistas se mantienen firmes en su compromiso de compartir el Evangelio.
En Tailandia, la pareja de misioneros Reben y Menel siguen profundamente comprometidos con su misión, extendiendo sus esfuerzos más allá de la conexión con su congregación local. Buscan activamente compartir el Evangelio con quienes no lo han escuchado, marcando la diferencia en la vida de los miembros y no miembros de la iglesia a través de su pasión por la misión.
Durante una de sus visitas rutinarias a domicilio, la pareja se encontró con una familia tailandesa que se enfrentaba a los desafíos físicos de un problema de salud. En el centro de esta historia está Moji, una joven adolescente tailandesa nacida con poliomielitis congénita. Aunque no sabe leer ni escribir en tailandés, se comunica en su lengua materna. La mayor esperanza de Moji es poder caminar algún día.
La primera visita de la pareja a la familia de Moji (un hogar arraigado en el budismo) comenzó con una simple conversación. Reben y Menel se ofrecieron a orar por la familia. Antes de la oración, Moji expresó su deseo de volver a caminar, por medio de su hermano Toy, que tradujo sus palabras. A pesar de las barreras lingüísticas de su segunda visita, la pareja siguió adelante, confiando en que Dios los guiaría. Conversaron con la familia utilizando frases básicas en tailandés, y la visita culminó en un momento conmovedor cuando cantaron Prungnee (Mañana) a Moji. La canción hizo llorar a su abuela, lo que indica el impacto de la presencia de los misioneros.
Durante esta visita, la pareja también compartió el Salmo 23 utilizando una aplicación tailandesa de la Biblia, lo que permitió a la abuela de Moji leerlo en su lengua materna. El ambiente cambió y los misioneros sintieron la presencia del Espíritu Santo, que llenó la habitación de paz y alegría. La visita terminó con otra oración, solidificando su conexión con la familia.
El 14 de agosto de 2024, la Iglesia Adventista Internacional de Kanchanaburi organizó una celebración con motivo de la tercera visita de la pareja, que coincidió con el decimonoveno cumpleaños de Moji. El evento comenzó con una oración, que incluía palabras de aliento de Jeremías 31:3, en las que se destacaba el amor eterno de Dios. Los misioneros y los miembros de la iglesia cantaron canciones evangélicas en tailandés, ofrecieron regalos y regalaron una Biblia a Moji. Mientras celebraba su cumpleaños con aquellos que compartían el amor de Dios, la felicidad en su rostro era evidente.
La historia de Moji es solo una de las muchas que ilustran cómo el Espíritu Santo se mueve por medio de la vida de los misioneros que comparten el Evangelio en entornos desafiantes. La Iglesia Adventista cree que la misión de compartir a Jesús en áreas donde su amor aún es desconocido debería ser una prioridad para todos los que creen en el pronto regreso de Cristo.
Este viaje misionero en curso pone de relieve el compromiso inquebrantable de la Iglesia Adventista para llegar a las personas dentro de la Ventana 10/40. El trabajo de la pareja en Tailandia, en medio de la diversidad cultural y religiosa, subraya la dedicación de los misioneros que siguen llevando luz y esperanza a los necesitados. Sus esfuerzos con Moji y su familia son un testimonio del poder de la fe y del impacto transformador del amor de Dios.
La pareja de misioneros pide que se siga orando por Moji y su familia y por todos los misioneros que sirven en todo el mundo. Estas dedicadas personas han dejado la comodidad de su hogar para cumplir la comisión del Evangelio: “Por tanto, id...”.
El artículo original se publicó en el sitio web de la División Sudasiática del Pacífico.