Los jóvenes adventistas de Brasil celebraron los 15 años del popular servicio de adoración junto a la playa de Río de Janeiro, con más de 4.000 participantes en el evento oficial.
“Este logro es significativo para nosotros, [ya que demuestra] que nuestro evento [está marcando] la diferencia, no solo en nuestra comunidad [eclesiástica], sino también para las autoridades locales”, dijo Geovane Souza, presidente de la Iglesia Adventista del Sur de Río de Janeiro.
El JA (abreviatura de Jóvenes Adventistas) de Verano es uno de los eventos más esperados por los jóvenes adventistas de Río de Janeiro, ya que ofrece oportunidades de culto, compañerismo y una conexión más profunda con Dios.
Uno de los aspectos más destacados del evento de este año fue que miles de participantes llevaban la camiseta naranja del proyecto Misión Caleb, un proyecto que anima a los jóvenes adventistas a pasar sus vacaciones ayudando a las pequeñas congregaciones a llegar a nuevas personas.
Durante tres sábados por la tarde, las carpas del ministerio captaron el interés de los transeúntes. Médicos y psicólogos voluntarios de la Iglesia Adventista de Barra da Tijuca proporcionaron atención y asistencia profesional.
“Este servicio ayudó a quienes pasaban por la playa, pero no podían asistir al servicio en la arena”, dijo Sérgio da Silva Torres, el organizador del ministerio de la carpa. “Fue [increíble] ver y recibir la gratitud de las personas a las que ayudamos y con las que oramos”, dijo Torres.
Historia
En una sofocante tarde de sábado de 2009, un grupo de jóvenes se reunió en una iglesia sin aire acondicionado y tuvo la idea de llevar su servicio de adoración al atardecer a la playa. La experiencia fue tan positiva, que repitieron el evento durante todo el mes de enero y al año siguiente el número de participantes se triplicó.
Fue en 2011 cuando el nombre “JA de Verano” se hizo oficial y, según uno de los fundadores, Rogério Soares, el crecimiento fue exponencial: “Fue [creado para crecer] y ha sido una gran bendición”, dijo Soares.
Vidas transformadas
Gabriel de Farias conoció la Iglesia Adventista por medio de un par de amigos. Mientras aún intentaba adaptarse a su nueva comunidad religiosa, visitó el JA de Verano, que acababa de comenzar.
“Fue un evento que nos dio la bienvenida. Nos dimos cuenta de que estábamos en el lugar correcto”, dijo Farias.
En 2013, Farias y su esposa decidieron dar un paso significativo: se bautizaron. Desde entonces, ambos se han dedicado a apoyar y participar activamente en el programa.
“El programa JA de Verano llega a mucha gente. Marcó una diferencia en mi vida, y hoy me alegra poder trabajar para marcar una diferencia en la vida de otras personas”, dijo Farias.
El último día del evento de este año se celebró una ceremonia bautismal, que simboliza las transformaciones espirituales fomentadas por el programa JA de verano y los esfuerzos de divulgación de Misión Caleb.
El artículo original se publicó en el sitio noticias de la División Sudamericana en portugués.