Se necesitaron dos grúas para sostener el pañuelo de Conquistadores más grande alguna vez producido en Sudamérica, un logro oficialmente reconocido por RankBrasil Records. Este enorme pañuelo fue creado y exhibido por la sede administrativa de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, conocida como la Asociación Mineira del Este, en Mineira Leste, Brasil. Sirvió como punto culminante en el VIII Camporí de la región.
Se realizó en un tiempo récord, en solamente una semana, con el apoyo de 11 personas. “Para nosotros, el desafío de confeccionar este pañuelo era tan grande como él mismo”, explica Juliana Shinkawa, la costurera jefe. Cuenta que primero hicieron una miniatura, de 60 x 30 centímetros. De este tamaño, cada centímetro correspondía a un metro. La simulación los ayudó a darse cuenta de que necesitarían casi 700 metros de tela y un lugar con espacio suficiente para montar el pañuelo.
El Colegio Adventista Teófilo Otoni, situado en Minas Gerais, desempeñó un papel fundamental en el apoyo a esta iniciativa. La pintura del Pequeño Globo Blanco tuvo lugar en un espacio más amplio. Juliana destaca la importancia de su equipo: “Conté con un equipo de voluntarios para llevar a cabo el trabajo. Éramos todos legos en la materia, pero con la gracia de Dios, pudimos salir adelante”.
¿Por qué hacer un pañuelo gigante?
“El pañuelo es la identidad de los Conquistadores”, dice Thiago Furtado, líder general del Ministerio de Conquistadores de la Iglesia Adventista en la región. “La idea de hacer un pañuelo de Conquistadores gigante era hacer historia y, a por medio de la curiosidad, que más personas conocieran el Club de Conquistadores y tuvieran la oportunidad de formar parte de él”.
El pañuelo conlleva una serie de significados. Entre ellos está su forma triangular, que muestra el trípode del desarrollo físico, mental y espiritual. “Para mí, entre tantos conceptos, el color amarillo representa la excelencia en todo lo que uno hace, la excelencia en colocarse en la presencia de Dios y hacer lo mejor por las personas, para que Jesús vuelva pronto”, destaca Julimar Gualberto, líder general de la Iglesia Adventista en el este de Minas Gerais.
“Cuando me pongo el pañuelo, es como si sintiera la presencia de Dios. Es increíble, y veo que también es una responsabilidad”, dice Álvaro Jardim, del Club de Conquistadores Estrela do Oriente. Junto a él, otro millón y medio de jóvenes de miles de clubes diferentes repartidos por 160 países salen cada semana a la calle llevando el pañuelo y difundiendo el mensaje que lleva por todo el mundo.
El artículo original se publicó en el sitio web en portugués de la División Sudamericana.