El proyecto Misión Discípulos, dirigido por Leandro Lemoes, se ha destacado en Pelotas, Rio Grande do Sul, Brasil, como una iniciativa revolucionaria para los adolescentes de las iglesias adventistas. Con 15 años de experiencia trabajando con jóvenes, Lemoes ha creado un programa que desarrolla las habilidades de los adolescentes, fortalece los lazos comunitarios y promueve una profunda conexión entre las diferentes iglesias.
La iniciativa permite a los adolescentes viajar a diferentes ciudades para llevar a cabo proyectos misioneros y participar en programas de las iglesias adventistas. El grupo es trasladado en autobús durante un sábado repleto de actividades.
Organización de un día de servicio
Antes de cada viaje, Lemoes coordina con la dirección de la iglesia que se va a visitar, organizando todos los detalles del programa. Según él, a cada adolescente se le asigna una función específica de acuerdo con sus talentos, como música, recepción, predicación, escuela sabática, alabanza y medios de comunicación. Esta división tiene lugar el sábado por la mañana y garantiza que todas las áreas del programa se cubran con eficacia.
Por la tarde, el grupo se dedica a actividades misioneras, que se planifican en función de las necesidades de la región. Este trabajo comunitario permite a los adolescentes aplicar sus conocimientos y habilidades en un entorno real y contribuir a causas locales.
Tras un día de intensas actividades, el grupo participa en un servicio de puesta de sol, donde comparten testimonios acerca de sus experiencias. El proyecto termina con un momento de relajación en el que todos se reúnen para comer y conversar. Este tiempo de ocio es esencial para forjar amistades y fortalecer el espíritu de equipo entre los participantes.
Hasta la fecha, el proyecto Misión Discípulos ha celebrado más de 10 encuentros, dejando una huella positiva tanto en los adolescentes como en las comunidades visitadas. Los jóvenes participantes pueden desarrollar sus habilidades en un entorno de colaboración, mientras que las iglesias locales reciben un impulso de energía y compromiso. La interacción entre los adolescentes de la iglesia anfitriona y los de la iglesia visitada ayuda a crear una red de apoyo y amistad que perdura más allá de los eventos.
La motivación del proyecto
Lemoes explica que el proyecto Misión Discípulos nació de una necesidad percibida cuando sus propios adolescentes empezaron a pedir más oportunidades para aplicar sus dones y talentos en la iglesia. Respondiendo a estas peticiones, Lemoes creó una plataforma que satisface esta necesidad y amplía el impacto de la iglesia.
Yasmim Carvalho tiene 16 años y su primera misión como discípula fue el año pasado en Río Grande. Comparte que su motivación es aprender la mejor manera de servir a Cristo y cuenta cómo las salidas han añadido lecciones a su vida: “La salida que más me impactó fue la de São Lourenço do Sul. Visitamos una residencia de ancianos por la tarde y fue precioso ver lo contentos que estaban de recibirnos. Creo que ese momento me hizo darme cuenta de que no solamente hablamos de Jesús con palabras, sino también cuidando y llevando amor a los demás”, concluye el Carvalho.
El artículo original se publicó en el sitio web en portugués de la División Sudamericana.