Adventist Review

La visita a una iglesia en Cuba recuerda al equipo de Secretaría de la Asociación General el poder de la oración

Líderes locales y regionales inspiran a la delegación invitada durante una breve parada en Cárdenas.

El vicepresidente ejecutivo de Maranatha Volunteers International, Kenneth Weiss, cuenta a los voluntarios de Secretaría de la Asociación General la historia de cómo surgió la Iglesia Adventista del Séptimo Día de Cárdenas en Cuba, durante una visita a las instalaciones el 1° de agosto.

El vicepresidente ejecutivo de Maranatha Volunteers International, Kenneth Weiss, cuenta a los voluntarios de Secretaría de la Asociación General la historia de cómo surgió la Iglesia Adventista del Séptimo Día de Cárdenas en Cuba, durante una visita a las instalaciones el 1° de agosto.

[Foto: Marcos Paseggi, Adventist Review]

Los voluntarios de la Secretaría de la Asociación General (AG) que visitaron recientemente la Iglesia Adventista del Séptimo Día de Cárdenas, en Cárdenas, Matanzas, Cuba, recordaron el poder de la oración. La historia ha sido contada muchas veces desde hace una década, pero todavía conmueve e inspira a quienes la escuchan por primera vez, dijeron los líderes de la iglesia en Cuba.

Una parada inesperada

Hace una década, era una relajante tarde de sábado para los líderes de Maranatha Volunteers International cerca de Cárdenas, hasta que se enteraron de que decenas de miembros de la iglesia esperaban cerca para recibir una visita y un anuncio especial. Al parecer, los miembros de la iglesia local habían llegado a comprender que Maranatha, un ministerio de apoyo independiente de la Iglesia Adventista que apoya el desarrollo de iglesias, escuelas y pozos de agua en todo el mundo, estaba dispuesta a construirles un nuevo templo. Los miembros de la iglesia habían ayunado y orado al respecto, y ahora estaban preparados para presenciar la respuesta a sus oraciones.

“No habíamos planeado pasar a saludar a la congregación ese día”, dijo Kenneth Weiss, vicepresidente ejecutivo de Maranatha, al equipo de la Secretaría de la AG el 1° de agosto de 2024. “Pero cuando nos apresuraron a pasar al frente para saludar a la expectante congregación, sentí que la honestidad era la mejor manera de actuar”, dijo Weiss.

Malas noticias

Weiss relató cómo, aquel sábado por la tarde, pasó al frente de la congregación de Cárdenas y les dijo en términos inequívocos que la información que habían recibido era inexacta. “No tenemos los fondos, por lo que no está en nuestros planes construir una iglesia aquí en Cárdenas. Simplemente, no va a suceder”, les dijo.

Un momento después, un miembro de la iglesia tras otro comenzó a llorar. “Toda la iglesia empezó a llorar. Nunca había visto nada igual”, recuerda Weiss. “La gente, jóvenes y mayores, lloraban a voz en grito, lamentándose porque sus sueños se habían derrumbado de repente”. Sin saber qué hacer ni cómo reaccionar, Weiss terminó invitando a la gente a orar, pidiendo a Dios que interviniera.

La oración de una joven

Una joven, apenas una adolescente, se ofreció voluntaria para pasar al frente a orar. Allí, levantó los brazos al cielo y oró con una voz que todos pudieron oír. “Dios, te damos gracias por la nueva iglesia que nos has proporcionado”, dijo. Luego volvió a su asiento.

Aquella ocasión desencadenó una serie de acontecimientos providenciales, dijo Weiss, que mostraron cómo Dios está dispuesto a actuar cuando sus hijos deciden poner su confianza en él.

“Maranatha comenzó la construcción de la iglesia de Cárdenas en 2016, después de esperar más de 20 años a que el gobierno cubano concediera los permisos de construcción”, dijo Weiss. Los donantes que escucharon la historia de la iglesia de Cárdenas dieron un paso adelante, y el edificio fue terminado y dedicado en abril de 2017. Las instalaciones ocupan 1.114 metros cuadrados y tienen capacidad para 500 personas en el santuario principal, y más en el segundo piso. Otras salas incluyen aulas de escuela sabática, una sala de confraternización, baños e incluso duchas.

El edificio se diseñó para albergar el culto de la congregación local y, al mismo tiempo, servir de lugar de convocatorias y retiros. Es utilizado con frecuencia por la asociación de la iglesia local y por la Unión Cubana de la Iglesia Adventista.

Una visita memorable

La visita del equipo de la Secretaría General a la iglesia de Cárdenas el 1° de agosto tuvo lugar en medio de una iniciativa misionera de 10 días de duración a congregaciones adventistas de La Habana. Durante finales de julio y principios de agosto, un equipo de dos docenas de voluntarios que sirven en la sede mundial de la Iglesia Adventista en Silver Spring, Maryland, Estados Unidos, rasquetearon y pintaron los edificios de la iglesia, hicieron reparaciones menores, predicaron el evangelio y compartieron sus testimonios en varias congregaciones de la capital de Cuba.

La visita a la iglesia de Cárdenas, situada en la provincia de Matanzas, un par de horas al este de La Habana, puso de relieve los esfuerzos de Maranatha en toda la isla para apoyar a la Iglesia Adventista en Cuba, dijeron los líderes de la iglesia regional. Durante la visita, los huéspedes recorrieron las instalaciones, fueron agasajados con una abundante comida y escucharon historias de cómo Dios ha estado activo en esa región de la isla.

Un lugar de luz

Cuando el equipo de la AG visitó Cárdenas, los miembros locales y regionales se estaban preparando para la llegada de unos 300 jóvenes adventistas al día siguiente. “Dormirán aquí, comerán aquí y adorarán en nuestro santuario”, dijo Aldo Pérez, presidente de la Unión Cubana, al equipo visitante. “La iglesia de Cárdenas es el lugar de reunión de la iglesia en Cuba, el lugar de preferencia para muchos de nuestros eventos eclesiásticos”, compartió Pérez.

Es algo que pone de relieve la importancia de un sueño, de la oración y de avanzar en la fe, dijo Pérez.

“La construcción e inauguración de esta iglesia fue un punto de inflexión para la Iglesia Adventista en Cuba”, dijo Pérez. Los líderes de la iglesia regional señalaron que la iglesia de Cárdenas se ha construido en un lugar conocido por la práctica de la santería, una religión afrocaribeña que combina elementos del cristianismo y el espiritismo. “Es en el lugar más oscuro donde la luz de Dios brilla con más fuerza”, dijeron los líderes de la iglesia, y añadieron: “Desde aquí, fuertes rayos iluminan toda la isla”.

El artículo original se publicó en el sitio web de la Adventist Review.

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