Cerca de 800 mujeres asistieron a la primera Convención del Ministerio de la Mujer, que la Iglesia Adventista en Malasia (UM) organizó en el Hotel Palace de Kota Kinabalu, Sabah, del 26 al 28 de julio de 2024. Centrada en el tema “Florecer para la misión”, la convención reunió a un grupo diverso de participantes, todos deseosos de enriquecer su experiencia espiritual y fortalecer su compromiso de servir tanto a la iglesia como a sus comunidades.
La convención contó con líderes de organizaciones adventistas regionales, entre ellos Abel Bana, presidente de UM; Virginia Baloyo, directora del Ministerio de la Mujer en la región Sudasiática del Pacífico (DSAP); y Raquel Arrais, directora del Ministerio de la Mujer en la región Norasiática del Pacífico (DNAP). Sus mensajes subrayaron la importancia del crecimiento espiritual y destacaron el papel crucial que desempeñan las mujeres en la misión de la Iglesia.
El evento comenzó el viernes por la tarde con un discurso de Abel Bana. Animó a los asistentes a encarnar la resiliencia y la gracia de una palmera, utilizándola como metáfora de la floreciente vida cristiana. “Que Dios nos permita a cada uno de nosotros florecer como la palmera: hermosos en el Señor, útiles en su servicio, dando buenos frutos para su gloria, incluso hasta la vejez”, exhortó.
El sábado, Arrais pronunció un mensaje, subrayando la centralidad de Cristo en la misión. “¡No hay florecimiento para la misión sin Jesús! Él es quien te ve, te cura, te toca y te prepara para florecer y servir. Florecer para la misión es con Jesús, por Jesús y para Jesús”. Sus palabras resonaron profundamente en la audiencia, estableciendo un poderoso tono para toda la convención.
Durante la sesión de la tarde, Baloyo compartió sus ideas acerca del importante papel de la misión de la Iglesia, haciendo hincapié en la importancia del crecimiento espiritual continuo y el compromiso inquebrantable con la obra de Dios. Animó a las participantes a aprovechar sus dones únicos y utilizarlos para promover la misión, recordándoles que cada mujer tiene una contribución vital que hacer.
El programa de la convención se diseñó cuidadosamente, ofreciendo una serie de mensajes inspiradores destinados a dotar a las mujeres de herramientas prácticas y conocimientos espirituales. Estas sesiones capacitaron a las asistentes para volver a sus comunidades con un renovado afán de servicio. Los temas tratados incluyeron el desarrollo del liderazgo, la salud mental y el servicio a la comunidad, proporcionando un enfoque integral del ministerio que resonó con los participantes en múltiples niveles.
Muchos asistentes salieron de la convención profundamente impactados, y varios expresaron cómo el evento había transformado sus perspectivas respecto al ministerio y el crecimiento personal. Dulina Runggam, que asistía a su primera Convención del Ministerio de la Mujer, describió la experiencia como una bendición. “La convención no solamente fue reveladora, sino también informativa, instructiva e inspiradora. La amplia experiencia de liderazgo de la Sra. Raquel Arrais, junto con sus dinámicas presentaciones, mantuvieron al público interesado y deseoso de aprender”, afirmó.
Otra participante, Serimah Usek, de la Iglesia Inglesa de Petaling Jaya (PJEC), compartió cómo la convención la inspiró a servir a Dios con mayor confianza y amor. “Tuve una experiencia maravillosa al conocer a mujeres increíbles dedicadas a la obra de Dios, que me inspiraron a tener más confianza en mí misma, a ser más cariñosa, atenta y amable. Me encantó la convención y espero volver a asistir en el futuro”, dijo entusiasmada.
El éxito de la Convención quedó patente no solamente en la impresionante afluencia de público, sino también en la vibrante energía y el entusiasmo que impregnaron el lugar. El evento estuvo marcado por un fuerte sentido de unidad y propósito, ya que mujeres de diversos orígenes se reunieron con un objetivo común: “Florecer para la misión”.
Como primera de su clase, la Convención del Ministerio de la Mujer de UM estableció un elevado estándar para futuras reuniones, dejando un impacto duradero en todos los asistentes. El éxito del evento es un testimonio del poder de la adoración colectiva y de la importancia de ofrecer a las mujeres oportunidades de crecimiento espiritual y servicio eficaz en la iglesia. Con planes ya en marcha para futuras convenciones, las mujeres de UM están preparadas para seguir floreciendo para la misión, llevando luz y esperanza a sus comunidades y más allá.
El artículo original se publicó en el sitio web de la División Sudasiática del Pacífico.