Hay momentos significativos en nuestra vida que siempre recordamos con cariño y deseamos no olvidar jamás. Tal fue la experiencia de los miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día de Twifo Adugyaa, en Ghana. Allí, un pueblo entero y un grupo de 23 personas del Reino Unido, Estados Unidos y otros países participaron en lo que describieron como “una experiencia transformadora”, cuando un sueño acariciado durante más de 20 años se hizo realidad durante la reciente dedicación de un flamante edificio de la iglesia en el centro de Ghana.
Apoyo desde hace tiempo
Esta “notable demostración de liberalidad y sacrificio”, como describieron la iniciativa los líderes de la iglesia local, fue posible gracias a la colaboración de dos familias de la Iglesia Comunidad Esperanza de Beckenham del Reino Unido. Natural de Twifo Adugyaa, Edward Yeboah y su familia llevaban más de una década apoyando el proyecto de construcción de la iglesia de su ciudad natal cuando sucedió lo inesperado: la llegada de la pandemia de COVID-19 y la pérdida de la madre de Yeboah.
Algunos miembros de la Comunidad Esperanza mostraron su amor acompañando a los Yeboah a Ghana para el funeral de la difunta madre. Fue en este evento donde los miembros de la iglesia local compartieron la difícil situación de la iglesia de Adugyaa. Según los implicados, el Espíritu del Señor impresionó el corazón de Hugh y Rachel Gray, que se comprometieron a trabajar con los Yeboah para ayudar a completar la construcción de la iglesia.
Casi tres años después de aquel accidentado viaje, un hermoso edificio, totalmente amueblado con sillas y ventiladores, se alza majestuoso en la comunidad, cambiando su paisaje. El santuario principal tiene capacidad para 300 personas, y el edificio incluye una iglesia para niños y jóvenes e instalaciones conexas.
Dedicación de la iglesia
La dedicación de la iglesia corrió a cargo del presidente de la Unión del Sur de Ghana, Thomas Ocran, y otros líderes eclesiásticos regionales.
Los Grays expresaron su agradecimiento a la familia Yeboah por la oportunidad de colaborar con ellos en la obra del Señor. Agradecieron a los líderes de la iglesia su fidelidad al proyecto y animaron a sus miembros. “Utilicen esta iglesia para la gloria de Dios y para fomentar la unidad”, dijeron.
El exvicepresidente de la Asociación General Delbert Baker y su esposa Susan asistieron a la ceremonia. Durante su mensaje principal, Baker recordó a todos que lo que estaban presenciando había sido posible gracias a la providencia, el plan y el propósito de Dios. “Por lo tanto, es imperativo que nosotros, como cristianos, tratemos siempre de caminar en sintonía con la voluntad de Dios”, dijo Baker.
Impacto en la comunidad
Para aumentar el impacto de la iglesia y ayudar a la comunidad y a los pueblos de los alrededores, los líderes de la iglesia ofrecieron a las autoridades civiles la sala de jóvenes del nuevo edificio para que se utilizara como puesto sanitario comunitario. “Se ha convertido en un centro de influencia que la iglesia nunca pensó que tendría”, afirmaron los líderes de la iglesia local.
El viaje a Ghana permitió a algunos miembros de la gira volver a conectar con su herencia africana, visitando lugares históricos como el castillo de Cape Coast y el Parque Conmemorativo Kwame Nkrumah.
Nana Baagyan, jefe de la aldea, dio las gracias a los donantes por su generosidad y por “el honor que ha supuesto para esta aldea”.
Los miembros de la iglesia también lo celebraron con cantos y bailes. “Hoy es una clara manifestación de que los milagros siguen ocurriendo. Nuestro Dios obra milagros”, dijo uno de ellos. Otro añadió: “¡Estoy asombrado de cómo Dios puede tocar el corazón de la gente que dio de su dinero para construir una iglesia desde los cimientos hasta terminarla y amueblarla!”.
Los miembros del grupo viajero reflexionaron sobre cómo la misión ha sido una bendición para cada uno de ellos. “Lo que más nos llevamos fue la bendición de sentirnos motivados para marcar la diferencia en la vida de otras personas”, dijeron.
El artículo original se publicó en el sitio web de la Adventist Review.