Hay 65.971 Clubes de Conquistadores en el mundo, según datos publicados en el sitio web de la sede sudamericana de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Este ministerio anima a niños y adolescentes a responder al llamado de Dios a predicar el Evangelio. Pero mientras algunas personas piensan que las misiones transculturales solamente ocurren a aquellos que deciden salir de su lugar de nacimiento, el Club de Conquistadores Gigantes do Araguaia aprendió recientemente que ir y predicar a cada “pueblo, tribu y lengua” puede hacerse más cerca de casa.
El club se estableció en 2022 en la aldea Inam Carajá, situada en Mato Grosso, Brasil. La comunidad se convirtió al adventismo en 1975 y desde entonces ha mantenido su cultura, lengua y costumbres. Creen que el Evangelio promueve un modo de vida que encarna la dignidad, el respeto y el amor a los demás. “Mi padre fue el primer indígena que se bautizó en la aldea de Fontoura, hace casi 50 años. Después de conocer la Biblia, compartió lo que había aprendido con nosotros y toda la tribu decidió bautizarse”, cuenta la indígena Xirkeru Kuadi. Y continúa: “Hemos pasado los últimos años llevando esperanza a otras tribus, con la ayuda del Tori (hombre blanco), pero no sabíamos de la posibilidad de un programa, especialmente para nuestros niños y adolescentes”.
Sin embargo, para José Roberto dos Santos, el Club de Conquistadores ocupa un lugar especial en su corazón. “Cuando llegué a la ciudad de Luciara, ya había un club allí. Cuando descubrimos la existencia de la tribu, nos sentimos movidos por el Espíritu Santo a presentar los Conquistadores a los indígenas, ya que ellos también forman parte de nuestra comunidad y no deben ser excluidos de esta actividad”, afirma. Con un enfoque respetuoso, el líder y su familia se ofrecieron a ayudar a los indígenas a fundar un club, lo que fue aceptado de buen grado. “Nos dimos cuenta de su amor por nosotros y por nuestros hijos”, destaca Kuadi.
Episodio 3 del Podcast – Desentrañar el secreto
Enfrentarse a las barreras interculturales: El idioma
“Trabajar con niños solo es un desafío si no estás dispuesto a jugar con ellos”, afirma Santos. Dice que poner en práctica algunas de las principales actividades del club no fue difícil. “Nos ponemos en orden, decimos los votos y aprendemos jugando. Los niños disfrutan mucho”, afirma. Sin embargo, la dificultad empezó a la hora de rellenar las fichas.
Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), en 2010 Brasil tenía registradas 274 lenguas indígenas de 305 etnias diferentes. Para Santos, la falta de disponibilidad de material cristiano en lenguas nativas es una de las mayores barreras para la plena comprensión del Evangelio. “Entienden la esencia, pero muchos aún no pueden interpretar nuestro lenguaje escrito, conocen lo básico del lenguaje hablado, por lo que es difícil leer los materiales y completar los cuadernos”, explica. Para José, el nivel de este desafío es el mismo que el de ir a otro país. “Tienen una cultura muy rica y compleja, con un vocabulario muy extenso para representar lo que quieren decir. Por lo tanto, también es un gran desafío para nosotros aprender su idioma”, subraya.
Sin embargo, Santos cree que, con mucho esfuerzo y la ayuda del Espíritu Santo se pueden superar estas barreras. “El secreto es la dedicación y la fe, pidiendo siempre al Espíritu Santo guía y fuerza para seguir adelante”, concluye.
Recoger los frutos
El duro trabajo de Santo duró dos años y, junto con su familia y los líderes de la aldea Inam Carajá, está empezando a dar resultados. Actualmente, el Club de Conquistadores de Gigantes de Araguaia cuenta con 22 indígenas. “Nos pusimos muy contentos cuando, hace poco, un Conquistadores se nos acercó pidiendo ser bautizado”, dice Santos. “Venía de otra tribu, se hizo amigo de los Conquistadores, empezó a participar en las actividades y ahora asiste a la iglesia de nuestro pueblo”, añade Kuadi.
Luid Gomes tiene trece años y, a pesar de que le da vergüenza conceder entrevistas, nos cuenta con firmeza la decisión que tomó de seguir a Jesús. “Mis amigos me invitaron a ser Conquistadores. Me gustó mucho el club y el estudio de la Biblia. Todos están muy contentos, así que quise unirme a ellos”, dice. Según un estudio publicado por la Revista FAPESP 1, la tasa de suicidios entre los indígenas es casi tres veces superior a la de la población general.
“El Club de Conquistadores significa multiplicar la iglesia”, dice José Roberto. Para él, este primer bautismo que tendrá lugar justo después del regreso del Camporí “El Secreto” representa la cosecha de los frutos de la evangelización directamente desde nuestro propio patio trasero. “Tuvimos muchas dificultades para venir al Camporí. Pedimos donativos para la cuota de inscripción, nos prestaron maletas y bolsas, y realmente fue un milagro llegar hasta allí. A pesar de eso, todo mereció la pena porque fuimos investidos, y lo que escuchamos aquí fue inolvidable”, subraya Kuadi.
4ª Jornada del Camporí “El Secreto”
El 4º día del Camporí “El Secreto” estuvo marcado por muchos bautismos e inspiración por medio de testimonios. Uno de ellos fue del club Guardianes de Israel de Cuiabá. El bautismo del conquistador Kauan Lucas Zacarias de Oliveira fue el resultado del trabajo de André Luiz Marinho Rodrigues, un consejero que recientemente falleció de cáncer. Incluso en los últimos días de su vida, André Luiz continuó participando en las actividades del Club de Conquistadores, demostrando la paz y la esperanza de aquellos que creen en la salvación y la gracia.
El mismo día, un mega bautismo llevó a las aguas a centenares de Conquistadores, que descubrieron que el secreto de una vida plena es aceptar el consejo del Espíritu Santo. Otro momento destacado fue el testimonio de los misioneros de la India, que forman parte del proyecto misionero intercultural apoyado por la Iglesia Adventista en el centro-oeste del Brasil. La Unión Centro-Oeste Brasileña, sede administrativa del Distrito Federal, Goiás, Tocantins, Mato Grosso y Mato Grosso do Sul, está apoyando algunos proyectos de la Unión India Norte, como la reforma de una escuela y de una iglesia, la reestructuración de un centro de influencia, entre otros. “Este tipo de asociación favorece el avance de la predicación del evangelio de forma bilateral, ya que ambas uniones están motivadas e inspiradas”, afirma Aline Piologro, líder del Instituto de Misiones de la UCOB.
Los participantes también vieron el reconocimiento del conquistador Adrian quien, gracias a las técnicas de primeros auxilios aprendidas en el club, pudo salvar a un compañero que se estaba ahogando.
El artículo original se publicó en el sitio web en portugués de la División Sudamericana.