En este episodio, el pastor Ted Wilson habla sobre las dos primeras bendiciones que Jesús mencionó en el Sermón del Monte.
Mateo 5:1-4, dice: “Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo: Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.“
A primera vista, esta enseñanza puede parecer muy extraña: ¿cómo puede alguien ser bendecido cuando es "pobre de espíritu" o está de duelo?
En el libro, El Discurso Maestro de Jesucristo, se nos da esta idea: “El que se cree sano, el que se considera razonablemente bueno y está satisfecho de su condición, no procura participar de la gracia y justicia de Cristo... Jesús no encuentra albergue en el corazón de tal persona… Se creen saciados, y por eso se retiran vacíos... Estos son los pobres en espíritu, a quienes él llama bienaventurados." (p. 11).
Entonces, cuando Jesús se refiere a los "pobres de espíritu", se refiere a aquellos que sienten su necesidad de Él y que entienden que no hay nada bueno en sí mismos.
Para obtener más información sobre este tema, descarga sin costo, y lee el libro, El Discurso Maestro de Jesucristo, de Elena G. de White, en el sitio: https://egwwritings.org.